Luego de terminar el secundario en la ciudad cordobesa de General Cabrera, Marcelo Avena comenzaba a vislumbrar su futuro profesional: “Sabía que, si no podía hacer investigación, que era lo que realmente me interesaba, iba a tener una buena salida laboral en el pueblo, en Córdoba capital o en donde fuera, porque como bioquímico no iba a tener ningún problema”.

Si bien eligió Bioquímica en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), su verdadero sueño siempre fue investigar y dedicarse a la química básica. Por eso también se recibió de doctor en Ciencias Químicas y realizó un posdoctorado en Holanda y Suiza. Además de profesor titular en la Universidad Nacional del Sur (UNS), es Investigador principal del CONICET especializado en la química de superficies.

A los 58 años, además de investigar, disfruta de formar futuros y futuras colegas en las materias Principios de Química y Química Inorgánica B, del primer y cuarto año de la Licenciatura en Química, respectivamente. “Es gratificante por los dos lados: tengo un pantallazo general de todos los estudiantes de la universidad en primer año y también de estudiantes hiperavanzados en Química que ya son casi colegas”, reflexionó Avena en diálogo con el Suplemento Universidad.

La UNS lo recibió después de ganar el concurso del Departamento de Química de la UNC para ocupar un puesto de docente en Bahía Blanca. En la actualidad también forma parte del Instituto de Química del Sur, dependiente de esa casa de estudios y el CONICET.

“La UNS me abrió las puertas. Vine acá y nadie me conocía, o me conocían un poco por el tipo de investigación que estaba haciendo”, recordó y aseguró que nunca tuvo problemas para solicitar recursos de investigación a la Universidad y el Instituto. “Soy defensor total de la universidad pública. En temas de ciencia básica, el equipamiento de punta está en las universidades públicas y la investigación que más funciona es la de la universidad pública justamente”, subrayó.

La relación con sus colegas es también un valor apreciado: “Todos los que eran mis compañeros ahora son científicos o están en ámbitos universitarios, así que en ese sentido tampoco extraño mucho Córdoba, porque las amistades las sigo teniendo y las sigo viendo”.

El portal de investigación académica Research.com acaba de distinguirlo por el impacto de sus trabajos en revistas especializadas. La cantidad de veces que esas investigaciones son citadas por otros científicos y científicas es la medida para la premiación. En el caso de Avena, están relacionadas con el fósforo y su química en la superficie, el fertilizante fosfato, la materia orgánica del suelo y el glifosato.

En la actualidad, junto con un equipo de bioquímicos, farmacéuticos, físicos y agrónomos, estudia “los sólidos que puedan captar eficientemente esas sustancias para descontaminar algún sistema o para que no se diseminen en el ambiente”. Entre las sustancias contaminantes se encuentra el herbicida glifosato y el pesticida glufosinato.

“Una línea fuerte nuestra es trabajar con glifosato y ahora estamos empezando con glufosinato que es un pesticida que se está empezando a utilizar muchísimo en Argentina también y hay muy poco dato al respecto acerca de cómo se comporta en el ambiente”, detalló Avena.

La elección del glufosinato se debe al interés de una de sus estudiantes en tomarlo como tema principal de su tesis. También fueron los y las jóvenes que trabajan con él quienes lo impulsaron a ahondar en la ciencia aplicada y no solo en la básica: “Las cosas aplicadas que más podemos hacer nosotros con las superficies de minerales son más que nada en la remoción y en la captación de sustancias tóxicas, pesticidas, remoción de contaminantes emergentes, antibióticos y fármacos como el diclofenac y el ibuprofeno”.