La clasificación de Australia a los octavos de final del Mundial de Qatar representa una de las grandes sorpresas de la competencia. La cátedra descontaba una nueva eliminación en primera fase de los llamados "socceroos" como le había sucedido en los tres Mundiales anteriores. Mucho más en un grupo que compartía con Francia y Dinamarca. Pero esta vez, la lógica no se dio. Y luego de haber conseguido dos victorias en la fase de grupos ante Túnez y Dinamarca por primera vez en su historia mundialista, Australia tendrá el próximo sábado desde las 16 horas su ansiado mano a mano ante la Argentina.
No le sobran luces ni talento a los australianos. Pero le plantearán un partido eminentemente físico al equipo de Lionel Scaloni. Ninguno de los jugadores que habitualmente dispone el técnico Graham Arnold mide menos de 1,80 metros. El primer zaguero central, el escocés Harry Souttar, una muralla que rechaza todo lo que le tiran, llega a 1,98 metros de estatura y es el segundo jugador más elevado del torneo, sólo por detrás de Andries Noppert, el arquero de Países Bajos que mide 2.02 metros.
Esa exhuberancia física remite a un juego largo y de corridas veloces que no pone el acento en la posesión de la pelota. De hecho, en ninguno de los tres partidos de la fase de grupos registró mas tenencia que sus rivales (38 % ante Francia, 42% con Túnez y 31% ante Dinamarca). A Australia le remataron 50 veces al arco, apenas lo hizo en 21, anotó tres goles y le anotaron cuatro pero en un solo partido (Francia). Contra Túnez y Dinamarca sostuvo su valla invicta, defendiéndose por lo general cerca de su área. Con un esquema 4-1-4-1 o 4-2-3-1 en defensa que se desdobla en un 4-4-2 en ataque.
El técnico Graham Arnold parece tener diez titulares definidos y un puesto en el que todavía no ha encontrado las mejores respuestas: el arquero Mat Ryan, los centrales Souttar y Kye Rowles, el lateral izquierdo Aziz Behich, los volantes Aaron Mooy, Matthew Leckie, Jackson Irvine y Mc Gree y los delanteros Duke y Goodwin jugaron desde el comienzo los tres partidos de la fase de grupos en tanto que por el lateral derecho de la defensa se sucedieron Fran Karacic (ante Francia), Nathaniel Atkinson (con Tunez) y Milos Degenek (con Dinamarca). El arquero suplente es el pintoresco Andrew Redmayne, aquel que en la repechaje ante Perú dio desconcertantes pasos de baile antes de cada penal.
Es muy probable que Australia admita la superioridad de Argentina y salga a esperarlo parado del medio hacia atrás, tratando de recuperar allí y salir rápido de contraataque. Precisamente, de contraataque, tras un córner y un mal retroceso de los daneses, llegó el gol de Leckie que le selló el pasaje a octavos. Los australianos no son favoritos para el gran cruce del sábado. Pero habrá que tomarlos muy en serio. Más allá de que la Selección haya espantado ante Polonia, todos los fantasmas que la estaban revoloteando.