La tarea de Gustavo Postiglione no se detiene y no pasa demasiado tiempo sin novedades. Ahora toca el estreno de una película que es también una presentación musical, de características que sólo podrán apreciar quienes asistan. Hoy a las 21 y con entrada libre y gratuita, Postiglione presenta en Sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza) En Trance + Jam de Música y Cine, la confluencia entre el film En Trance y La Banda de las Películas Caseras, grupo que el propio director integra con Ricardo Vilaseca, Emiliana Arias e Iván Tarabelli. Además, actrices y actores se subirán a escena, en lo que promete ser, según palabras del director, un show performático.

“Durante la pandemia se me ocurrió que había que hacer un registro, y si bien mucha gente lo hizo, lo que me interesaba saber era lo que miraba la gente hacia afuera: ¿qué veías desde donde estabas, a través de una ventana, en el patio o la terraza, o si podías salir a la calle? Con ese criterio, le pedí a mucha gente de distintas partes del mundo que me mandaran 20 o 30 segundos, por WhatsApp, mail, Facebook, como quisieran; y tuve una aceptación muy grande. Hubo gente de lo más variada, obviamente que mucha vinculada al arte y la cultura por una cuestión de contactos, pero así como tengo imágenes de Santa Fe, Buenos Aires, Rosario, también de Estados Unidos, Francia, Japón, China, Israel, Noruega, México, Colombia, de los lugares más diversos. Para mí, la característica general era que todos estábamos mirando lo mismo o algo parecido, como si de golpe se hubiese detenido el tiempo y quedáramos unidos planetariamente. Por otra parte, mi hija Nina estaba por nacer y pensé que la película podía ser hasta una respuesta a las futuras preguntas de los niños sobre la pandemia”, refiere Postiglione a Rosario/12.

En Trance obligó al necesario recorte, porque las imágenes obtenidas fueron alrededor de 500: “Es como ofrecer una instantánea del mundo, la película es eso, más algunas reflexiones que hago e imágenes mías”. Pero lo que vuelve aún más atractiva la propuesta es la forma elegida para la exhibición. Al respecto, el director de El Asadito y Días de Mayo explica: “No es un documental en términos tradicionales, está más cerca del ensayo. Y pensé en que se podía hacer una instalación, porque la película podía ocupar un lugar que no fuera necesariamente el de una sala de cine. Por otro lado, tengo una banda –los músicos son ellos, yo no (risas)– y nos habían ofrecido hacer un show en Lavardén. Lo que hacemos es más de improvisación, es algo muy deforme, y se me ocurrió que se podía pasar también la película. Así que la banda va a estar musicalizándola, dándole un tono diferente, a medio camino entre la instalación que imaginaba, la proyección cinematográfica y el show musical. Por eso lo llamo jam de música y cine, porque surgirá lo que surja en gran medida desde la improvisación”.

-Una manera de trabajar que experimentás desde hace un tiempo, como lo ejemplificó el cine en vivo de Simulacro (película emitida por streaming mientras era realizada).

-Quien esté presente va a ver algo que no se va a repetir, a lo mejor la película sí, pero será otra cosa; esto es algo que tiene que ver con el concepto de espectáculo, porque el cine perdió la espectacularidad, no en lo grande sino en el concepto, en cuanto a la comunión y el hecho social. Lo que compartíamos en una sala ahora lo compartimos desde casa. Y el espectáculo parece estar sólo en las películas de superhéroes. Para volver a la condición anterior, hay que buscar otro elemento. Ése fue el caso de Simulacro, en donde el cine en vivo recuperaba la espectacularidad, desde una perspectiva distinta; esto apunta un poco a eso.

La variedad de registros que integra En Trance incluye, entre muchas y muchos más, a Liliana Herrero, Ariana Harwicz, Nora Lezano, Julieta Cardinali, Bárbara Peters, Gastón Pauls, Jean Pierre Noher, Rodolfo De Souza, Juan Nemirovsky, Cesar Debernardi, Antonio Birabent, Rubén Goldín, Carlos Scolari, Roger Koza, Cecilia Del Valle, Rody Bertol. En un ordenamiento que fue, según Postiglione, “intuitivo, porque tenía que ser así. Es como la misma idea del jam, fui tirando las imágenes en la línea de tiempo, en la edición, y veía cómo se iban ordenando. Si juntaba a dos músicos podía aparecer, por ejemplo, algún significado; o como en el caso de Julia Solomonoff, cuyas imágenes de Nueva York me permitieron hacer un desvío, por la característica de cine que te da esa ciudad. Pero fue arbitrario, no perseguí un sentido determinado”.

-Con respecto a tus proyectos en curso, ¿cuáles elegís mencionar?

-Estoy presentando un proyecto al Incaa para hacer una película más grande: Romeo y Ofelia. Será una mezcla de Romeo y Julieta con Hamlet y Macbeth, pero trasladada al Rosario de hoy, con los conflictos entre barras, la política, la violencia cotidiana. Será una Rosario análoga, filmada en estudio. Será ficción pero va a referir desde una mirada propia, desde acá, donde uno no deja de saber lo que pasa pero lo cuestiona, tomando a Shakespeare como hilo conductor. Mi idea también es estrenar Singapur el año que viene, una película muy independiente que hice con Julieta Cardinali; y sacar otro libro, pero sobre Cine y Política, algo sobre lo que estuve debatiendo bastante en estos años.