Landriel Oviedo es artivista y productor general, militante por los derechos humanos. Llegó a La Rioja para contribuir a la construcción de la memoria trans con la recuperación de relatos de la vida de Lorena Gacetúa “La Pulula” una las referentes de la militancia por los derechos de la población trans que tuvo la Provincia. 

“Queremos conocer sobre sus vínculos con sus familiares, sus gustos musicales, cómo era como amiga, además de militante”, comentó a La Rioja/12. “El proyecto es que sea un largo documental y estamos ampliando los testimonios para que no se quede solo en la historia de "La Pulula", sino también de otras voces que son maestros y maestras de resiliencia de amor sobre todo en estos tiempos donde avanza la cultura del odio”, que atenta contra los derechos afirmó.

Es que, Para Oviedo, “el sistema patriarcal como está planteado ya no resiste porque no se resiste la vulneración de los derechos humanos. No se resiste dejar de pensar ese otro que tengo en frente a pesar de que piense diferente es un ser humano”, expresó el artivista que hizo de su trabajo una militancia. 

“Mi trabajo es militancia, es activismo per se. Cuando decidí salir de los caminos del arte como algo bonito o de una emoción, entendí que mi camino debía ir por las causas sociales y que era lo que me pasaba de acuerdo a una situación”, contó. Y es lo que lo trajo a la provincia: “El artivismo positivo es el que me llevó a La Rioja a conocer La Pulula y me dijeron tenés que conocer su historia y me encontré con una mujer increíble, solidaria, con una nobleza muy grande y con un compromiso de transformación de los entornos y un respeto por los seres humanos. Siempre dio amor y necesitamos más maestras de amor. Es una compañera por la que hay que sentir orgullo porque lo dio todo peleando por los derechos de compañeros y compañeros”.

El inicio por el activismo por los derechos humanos, los derechos a la salud y al acceso a la información estuvo vinculado a transformar una realidad personal en una lucha colectiva. 

“Cuando me dieron mi diagnóstico de VIH hace 15 años, desde ese momento no me quedaron muchas opciones que psicoeducarme y psicoeducar a los entornos. A pesar que el 80% de las personas que viven con VIH no se lo cuentan ni a un familiar ni aun amigo en mi caso o fue así. En mi caso hablé con mi familia porque necesitaba la contención de elles. Y, no es lo mismo que te den un diagnóstico de VIH positivo cuando tenés 20 años en el 2007 y empezás a soñar. Sentí que tenía que renunciar a muchos sueños porque todo lo que conocía hasta ese momento eran sentencias de muertes”, comentó a este diario. 

“Desde entonces sentí que ese resultado no me iba a ganar y que tenía que aprender a vivir de otra manera y así fue. Comencé a vincularme con fundaciones médicas quienes en principio comenzaron a acompañarme en los primeros procesos de artivismo y escribí una obra de teatro “A mí no” que cuenta la historia de una mujer cis heterosexual que tiene dos parejas a lo largo de su vida y que recibe un diagnóstico positivo y que se replantea un montón de cosas”, agregó.

Comentó que ese proyecto “lo llenó de muchísimo amor porque se conformó un equipo de trabajo de 40 personas que tuvieron que aprender a recibir información y capacitaciones de sensibilización y que les permitió tener una perspectiva más integral”.

La ESI “es fundamental, primordial y debe estar en todos los ámbitos de nuestras vidas”, dice el productor y sobre todos en referencia a la prevención de enfermedades de transmisión sexual y del VIH porque la información sobre la prevención del VIH salva vidas”. “La ESI no es solo es importante en lo que tiene que ver en la prevención sino en la estigmatización y discriminación”, aseveró.

Al ser consultado sobre lo falta sostuvo que si bien “La Argentina es pionera en legislación en derechos humanos y perspectiva de género el tema; sigue faltando hacer anclajes, poder detenerse y realizar procesos de historización de archivos, de memorias, poder tener voces”, señaló

“Estamos empezando a construir sobre nuestras identidades y en nuestra cultura. Claramente somos disidencia somos personas que hemos decido habitar un espacio contrario a la norma y hacemos lo que mejor podemos decontruyendo la cis -heteronorma que nos vulneró durante tanto tiempo y nos reprimió en la identidad que queríamos ser”, afirmó.