Alf Göransson, presidente ejecutivo de la sueca Securitas AB, la empresa de seguridad más grande del mundo, recibió un aviso de la Corte Distrital de Estocolmo informándole de que estaba en bancarrota. Alguien se había hecho con sus datos personales y los había utilizado para pedir un préstamo a su nombre. Luego, había presentado ante las autoridades una solicitud de bancarrota. Esta fue aceptada por la justicia y, como consecuencia, la Oficina Sueca de Registro de Compañías decidió retirar el nombre del directivo de los archivos donde constaba como CEO de la empresa. Ante la magnitud del incidente, fue la propia Securitas AB la que informó a la prensa de lo sucedido en un comunicado. La noticia del robo de identidad no era nueva para Göransson. El empresario se enteró a principios de abril de que alguien había solicitado a finales de marzo un préstamo a su nombre, así que lo denunció ante la policía. Sin embargo, no pudo averiguar de qué tipo de crédito se trataba, la suma a la que ascendía ni si se había llegado a abonar o no.
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