El Banco Central le giró 526 millones de pesos por día al Gobierno para financiar el déficit fiscal este año. La autoridad monetaria a cargo de Federico Sturzenegger afirmó que una de sus apuestas de gestión era reducir la emisión monetaria destinada a cubrir el rojo de las cuentas públicas. Pero en lo que va de 2017, el rubro Adelantos transitorios ya sumó 96.000 millones de pesos y fue el principal factor de emisión de la base monetaria. En el último informe monetario del Central se registró que los billetes y monedas en poder del público, es decir el dinero que circula en la economía, alcanzó los 588.900 millones de peso en julio, con un aumento del 35 por ciento respecto del mismo período del año pasado. Este ritmo de expansión duplica la meta de inflación del 17 por ciento planteada para este año.
La emisión para financiar al Tesoro no es la única incongruencia de la entidad. El titular del organismo había afirmado a principio de abril que el Banco Central iba a comprar unos 25.000 millones de dólares en el mercado para aumentar el nivel de las reservas internacionales del 10 al 15 por ciento del PBI. Desde que hizo esa declaración, las reservas no sólo no consiguieron acumularse sino que empezaron a anotar caídas diarias de más de 100 millones de dólares. El 13 de junio, por caso, se perdieron unos 113 millones, el 18 de mayo unos 227 millones y el 28 de abril unos 243 millones. Hubo también algunas caídas de más de 1000 millones por pago de deudas.
El resultado fue que las reservas, que la primera semana de abril sumaban unos 52.000 millones de dólares, bajaron hasta los 48.000 millones al inicio de julio. Se perdieron unos 4000 millones de dólares y las pocas veces que el organismo consiguió aumentar sus divisas diarias fue por el ingreso de endeudamiento de las provincias y la colocación de obligaciones negociables de las empresas. Esta dinámica muestra la dificultada que tiene la economía para generar dólares genuinos por el saldo comercial o la llegada de inversiones para actividades productivas, al tiempo que marca una situación de fuga de capitales que avanza con prisa y sin pausa.
La falta de consistencia entre lo que se anunció y lo que finalmente ocurrió no sólo se registra con las reservas y la emisión para financiar al Tesoro. El tercer elemento donde se observa una fuerte incongruencia es con las ganancias de los bancos. Sturzenegger planteó el primer día de su mandato que las entidades financieras iban a dejar de ser rentables si no conseguían innovar y aumentar eficiencia, puesto que la desaceleración de los precios implicaría menor margen para hacer negocios fáciles. En mayo de este año, pese a las declaraciones del titular del Central, los beneficios de la banca siguieron aumentando. Las entidades embolsaron ganancias por 8226 millones de pesos, con un alza del 20 por ciento interanual. El tipo de cambio aumentó 10 por ciento en el mismo período. Esto implica que las entidades financieras incrementaron sus beneficios en 10 puntos porcentuales medidos en moneda dura.
El rubro de comisiones por servicios financieros (como el mantenimiento de cuentas y de tarjetas de crédito) fue uno de los más provechosos para el sector, con ingresos que subieron un 30 por ciento medidos en pesos y un 20 por ciento si se los mide en dólares. La colocación de pases fue otro de los rubros que permitió ensanchar la rentabilidad de la banca. En los últimos 12 meses, las entidades embolsaron en total unos 77.516 millones de pesos, el equivalente a casi 5 mil millones de dólares.