Desde que comenzaron a aplicarse las vacunas contra la covid en Argentina, la automatización del sistema de asignación de turnos fue impecable en todo el país. Pero desde el lunes pasado, en la ciudad de Buenos Aires, la vacunación viene con servicio extra de bronceado: el sistema digital prácticamente no funciona desde hace dos semanas y hay esperas de, al menos, dos horas en los centros de vacunación, tres cuartas partes del tiempo al rayo del sol en el caso de las instalaciones del Club San Lorenzo en Boedo. Sucede que está permitido ir sin turno. Los muy pocos que consiguen uno por internet entran rápido. Pero al 95% restante le ha llegado el anuncio de que se debe vacunar y fracasa al momento de pedir el turno con el chat-bot en WhastApp: el sistema está colapsado (este diario lleva cuatro días testeándolo incluso de madrugada y siguió fallando, al menos hasta este jueves el mediodía inclusive). 

El Ciclón combate al virus 

En la sede de San Lorenzo, este jueves, el trámite se hizo muy largo, con un equivalente a cinco colas de cuadra, cubriendo en una primera etapa tres lados del gran playón de estacionamiento en el ex Carefour sobre un asfalto ardiente. Esas tres primeras cuadras son al rayo del sol junto a una pared de chapa de 2 metros de alto que irradia más calor. Cuando parece que el pinchazo se acerca, los colistas descubren que del otro lado del chapón hay otra larga cola hasta el fondo que hace una “U” y continúa en paralelo a sí misma, duplicándose. Esta segunda etapa de la espera es techada pero no a la sombra: los rayos entran en diagonal. Entonces, por el encierro de la pared de chapón más el techo metálico con larga cenefa, es el mismo calor que al aire libre, con la diferencia de que aquí no corre aire.

En la cola hay madres con niños correteando, personas que improvisan abanicos con lo que tienen a mano, mujeres y hombres que se ponen algún saquito en la cabeza contra el sol a la manera qatarí en forma de cobra, y un hombre entrecano con barbijo dice por teléfono: "hace una hora y veinte que estoy acá afuera pero tengo la impresión de que hace 10 años que llegué". Recién en el tramo final hay unas pocas sillas y una señora de paso lento se pone de pie para regresar a su puesto, porque ha avanzado. Pero quien se lo cuidaba, le dice: "vuelva a sentarse, yo se lo cuido". Y la señora responde: "no importa, ya descansé un ratito, es que me duele mucho la cintura". A otra señora con un collar de símil perlas, la espera le parece razonable, "dada la situación".

Mil personas de cola

En horas pico, hay mil personas haciendo cola. Una vez adentro del tinglado donde se vacuna --este sí, bien refrigerado-- el trámite va más rápido. Pero hay demasiada gente para los 15 orientadores del tráfico humano, quienes se desviven por hacer bien su trabajo --y lo hacen con muy buena onda-- pero no dan abasto: hay confusiones con algunas personas que van hacia el lado equivocado y nadie lo nota.

El trámite completo de la vacunación está llevando al menos dos horas y salvo la última media hora, todo es al rayo del sol. Dejan entrar hasta las 16:45 y en el día jueves a la tarde, la mayoría era gente de la tercera edad. El ingreso preferencial es solamente para personas discapacitadas, bebés o ancianos con problemas de movilidad.

En charla informal con Página/12, algunos empleados contaron que "desde hace dos semanas que el sistema informático no está funcionando". Y desde el lunes -explicaron-- estuvo aparentemente caído, de hecho (o entrar era una lotería). Esto en el contexto de que se han cerrado varios centros de vacunación por poca afluencia de gente --el que estaba frente al Parque Lezama por ejemplo-- y los habilitados son el de San Lorenzo, el Centro Islámico de Buenos Aires, el Colegio de Abogados, el Ministerio de Salud y el Centro Detectar Devoto. Al ser pocos, colapsan.

Desde el Ministerio de Salud de CABA, respondieron a Página/12 que "el sistema no está caído; hoy jueves había turnos disponibles en la web para la semana que viene y se tomaron. La demanda creció exponencialmente de un día para otro y estamos laburando día a día para levantar la capacidad de vacunación".

Los turnos futuros

Recién este jueves por la tarde comenzaron a aparecer turnos para vacunarse desde el 13 de diciembre en adelante en CABA. El origen del problema es que, desde que comenzaron a conocerse las nuevas cifras del avance de la covid en CABA y Provincia de Buenos Aires, aumentó la demanda de vacunas por parte de la población. Y el Gobierno de CABA se encontró con la guardia baja, incluso corto de reflejos y sin dar un mensaje claro en la web de turnos, porque desde el lunes la situación es algo caótica en los centros de vacunación (muchas personas no saben si ir o no a vacunarse por las contradicciones informativas del sistema automático). Es sabido que para que una campaña masiva de salud pública sea exitosa, la información y los trámites deben fluir con sencillez, más aún cuando prima en muchas personas la idea de que la covid es cosa del pasado, mientras que Francia, por ejemplo, ya está otra vez con un centenar de muertos diarios y EE.UU. con 458.