Las dos asesoras que acompañaban a Gerardo Milman cuando un testigo lo escuchó decir “cuando la maten, voy a estar camino a la costa” se presentaron nuevamente para declarar como testigos en la investigación sobre el intento de homicidio a Cristina Fernández de Kirchner. Esta vez lo hicieron ante el fiscal Carlos Rívolo, a quien la jueza María Eugenia Capuchetti le delegó la instrucción de la causa en medio de los pedidos de la vicepresidenta para correrla del expediente. Una de las mujeres, Ivana Bohdziewicz, dejó sin palabras a quienes la escuchaban cuando dijo con mucha soltura que había borrado todo el contenido de su teléfono. “Me asesoré”, aseguró ante la mirada azorada de los abogados de la vicepresidenta. La otra asesora, Carolina Gómez Mónaco, no desentonó tampoco en la declaración: aportó su celular pero tuvo que aclarar que era un aparato que había comprado la semana pasada. Lo que parece ser un nuevo paso de comedia de las dos empleadas de Milman muestra un patrón: cuando habían declarado el 26 de octubre pasado ni siquiera recordaban haber estado en la confitería Casablanca; la memoria se les activó cuando les mostraron sus imágenes. Hace más de un mes que la querella de CFK venía reclamando el secuestro de los celulares –que fueron borrados o cambiados– como forma de reconstruir cuánto sabía Milman del ataque contra la vicepresidenta. El abogado de CFK, José Manuel Ubeira, adelantó que denunciará a la jueza federal ante el Consejo de la Magistratura.
En Comodoro Py la llaman la línea “Casablanca” en referencia al lugar en el que el asesor José Abello vio a Milman el 30 de agosto pasado, dos días antes de que Fernando Sabag Montiel intentara asesinar a CFK. La línea “Casablanca” cumplió 70 días de existencia: no es nueva. Hace más de un mes, Capuchetti había convocado a las dos mujeres a declarar, pero no había aceptado pedirles los teléfonos para peritarlos. El tema escaló hasta la Cámara Federal porteña, que terminó encomendándole que investigara y descartara todas las posibles líneas.
Bohdziewicz tiene 26 años y desde marzo le lleva la agenda a Milman. La muchacha arrancó su segunda declaración tratando de enmendar la primera. Debió explicar que, cuando dijo que “nunca” había estado en Casablanca, quiso decir que no iba asiduamente a comer o que no se quedaba largo rato.
El tema empezó dudoso pero terminó peor. Cuando el fiscal le preguntó si tenía conversaciones con Milman en su teléfono respondió: “Sí, de temas laborales pero quiero aclarar que las borré”. Los abogados de CFK, Marcos Aldazábal y José Manuel Ubeira, abrieron los ojos. “Tanto los mensajes como las fotos porque sentí que se podía violar mi intimidad si me pedían mi teléfono. Yo borré todo porque no había posibilidad de seleccionar solo algunas cosas y tenía fotos íntimas mías comprometedoras”, amplió. “Por eso me asesoré”, se despachó.
Aldazábal le preguntó cuándo lo había borrado. Con algunas dudas dijo que fue el jueves de la semana pasada. Curiosamente un día después salió el fallo de la Cámara Federal que reactivó la investigación sobre Milman. “Mi miedo son los medios”, se justificó la empleada legislativa.
La semana pasada, Gómez Mónaco también se compró un nuevo Iphone blanco. El teléfono que solía usar se lo dio a su hermana, contó en la fiscalía de Rívolo. Sin embargo, aportó –al igual que Bohdziewicz– el aparato para que lo analice la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Según la exmiss Argentina, ella traspasó las aplicaciones que más usa y conserva los mensajes que envió en WhatsApp. Después de todo el tiempo que pasó habrá que ver si la PSA encuentra elementos que puedan servir a desentrañar qué rol pudo haber tenido Milman.
El interés de la fiscalía y de la querella estuvo centrado en cuatro elementos:
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El proyecto que Milman presentó el 18 de agosto en el que se preguntaba por la custodia de CFK y hablaba de un “autoatentado”;
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Si Milman tenía relación con los tres detenidos por el intento de homicidio, Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo;
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Si Milman tenía contacto con Revolución Federal o con Hernán Carrol, el referente de Nueva Centro Derecha (NCD);
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Qué información circuló sobre el atentado en el grupo que trabaja junto con el diputado del PRO –cuyo paradero es desconocido por estos días–.
Una trama poco clara
La declaración de Gómez Mónaco fue bastante más extensa. La abogada de 32 años lleva siete años trabajando con Milman. Según declaró, empezó a trabajar con él en el Ministerio de Seguridad, que conducía Patricia Bullrich, en 2015 por recomendación de un colega –no dijo quién–. Según trascendió, la exmiss Argentina estuvo a cargo de la Escuela de Inteligencia Criminal durante la gestión Cambiemos y su hermana estuvo a cargo de la administración de fondos. Actualmente, Gómez Mónaco ejerce como jefa de despacho. La llevó a la Cámara de Diputados en diciembre pasado, cuando asumió en su banca.
Gómez Mónaco también debió disculparse por su mala memoria para recordar su estadía en Casablanca, pero los recuerdos terminaron aflorando: dijo que, en ese momento, estaba planificando un viaje a Mar del Plata que Milman haría en octubre. “Estaba organizando la agenda”, dijo. En realidad, Milman viajó inmediatamente a Pinamar después de la reunión del 30 de agosto. Con su declaración, ella sugiere que podrían haber estado hablando acerca de otra localidad de la costa, lo que termina dándole veracidad a la declaración de Abello. Sin embargo, para la asesora, lo que dijo el testigo es "absolutamente mentira".
A Gómez Mónaco le preguntaron si conocía a los integrantes de la banda de los copitos o a los miembros de Revolución Federal, pero dijo que no. A ella le incluyeron otro nombre, el de Fernando Villares. Dijo que le sonaba porque había un tal “Teco” Villares que había sido el jefe de gabinete de Milman –su jefe–. La referencia a Villares no es menor porque la querella de CFK dice que Carrol solía viajar con Villares, por lo que podría ser un nexo directo con el entorno del halcón del PRO y este personaje que apareció en el radar de los investigadores después de que Sabag Montiel le encomendara conseguirle un abogado.
Gómez Mónaco aparece ella misma dentro de una red que conduce a Uliarte y a Sabag Montiel. Estaba asociada a Alejandra Mroue, panelista del programa de Crónica en el que apareció el dúo. La asesora dijo que la había conocido de casualidad porque fue a hacer unas fotos con un fotógrafo conocido al centro de estética, Luxa, que ella tiene desde marzo de 2020 en Corrientes al 1100. El encuentro fue, según Gómez Mónaco, en mayo o junio de este año. La química fue instantánea y ella le sugirió asociarse. “Quedó trunco”, dijo, porque Mroue se asustó al verse involucrada en la trama que casi termina en el asesinato de la vicepresidenta. Según la abogada, Mroue llegó a comentarle que no conocía ni a Sabag ni a Uliarte.
El punto más inquietante de la declaración de Gómez Mónaco fue cuando le consultaron por los proyectos que presentó Milman sobre la seguridad de la vicepresidenta. Ella venía diciendo que redactaba sus proyectos o preparaba sus reuniones, pero en ese punto le soltó la mano. Dijo no tener nada que ver. “Era personal del diputado”, afirmó sin despejar ninguna duda sobre las habilidades como clarividente de Milman. Según ella, fue el propio Milman quien presentó la iniciativa desde su correo personal.
En diálogo con la AM 750, Ubeira adelantó que "vamos a insistir con la citación a Milman" y además que avanzarán con una denuncia contra la jueza Capuchetti por la demora en el secuestro de los teléfonos y en la investigación de la "pista Casablanca". "Hoy por hoy, después de estas declaraciones me parece que no queda otro remedio que ir al Consejo de la Magistratura porque claramente no hubo ninguna voluntad de investigar seriamente el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner --expresó--. Esto lo tienen que saber, también, los organismos internacionales porque acá no hay ninguna posibilidad de investigar seriamente y lo que hay es una maniobra de encubrimiento de las personas que pueden estar, o no, ligadas al atentado, pero en la duda rompemos todo”.