Mientras en la Argentina naufraga el intento de instaurar la Boleta Unica Electrónica por los reparos de los expertos ante la vulnerabilidad del sistema, en los Estados Unidos van en camino de revisión del escrutinio en tres estados por sospechas sobre el dispositivo de votación. La excandidata a la Casa Blanca por el Partido Verde, Jill Stein, logró reunir los 1,1 millones de dólares necesarios para pedir el recuento de los votos en el estado de Wisconsin, donde denunció "anomalías", al igual que en Pensilvania y Michigan. En simultáneo, seguidores de la candidata demócrata Hillary Clinton le reclamaron que pida el recuento en esos estados en base a informes de expertos informáticos que sugieren que pudo haber hackeos en varios condados.
"Hay que investigar los resultados inesperados de esta elección y las anomalías registradas antes de que la elección sea validada”, escribió la excandidata ecologista en su web. El equipo de campaña explicó en la página de Facebook de Stein que expertos en ciberseguridad les acercaron esta semana “informaciones muy perturbadoras sobre la posibilidad de fallas en materia de seguridad en los resultados electorales en el país".
Esos mismos expertos presentaron los datos al equipo de Clinton y los instaron a pedir un recuento de los votos. Según la revista The New York Magazine, se encontró un “patrón de voto sospechoso” después de haber constatado que los demócratas recibieron un 7 por ciento menos de sufragios en los condados de Wisconsin que usaron máquinas electrónicas respecto a aquellos con boletas de papel. De acuerdo a esos cálculos, Clinton habría sido negada de unos 30.000 votos, cuando la diferencia a favor de Trump en ese estado fue de 27.000.
Mañana es la fecha límite para pedir el recuento en Wisconsin, mientras en Pensilvania hay tiempo hasta el lunes y en Michigan hasta el miércoles.