Quince estatuas gigantes de fibra de vidrio, entre ellas una con el rostro de la ambientalista Berta Cáceres, asesinada en 2016, serán quemadas este sábado en protesta por los crímenes e injusticias en Honduras.

La quema de las estatuas marca la clausura de un festival cultural, llamado popularmente las "chimeneas gigantes", que desde 2001 se realiza en el municipio de Trinidad, de 100.000 habitantes.

Este festival empezó como actividad asociada al Día de la Inmaculada Concepción que celebra la Iglesia Católica el 8 de diciembre, pero derivó en "un acto cultural de manifestación de rebeldía", cuenta el director del comité organizador, Ramón Rivera.

Mensaje de protesta

Cada estatua, que luego se convertirá en chimenea, constituye un mensaje de protesta por algo que sucedió en el pueblo, en el país o en el planeta.

Además del retrato de Cáceres, otra de las estatuas busca llamar la atención sobre la violencia contra las mujeres, y otras simbolizan protestas contra las violaciones a la Constitución o la extinción de la fauna, entre otras causas.

La presidenta hondureña, Xiomara Castro, asistió al festival el jueves, jornada donde también hubo bailes autóctonos.

Berta Cáceres, ambientalista, feminista y defensora de los derechos humanos, fue asesinada en marzo del 2016 por su oposición a una central hidroeléctrica.