Con el crimen de Jorge Raúl Gerez, el jueves a la noche en barrio Triángulo, el departamento Rosario alcanzó la cifra de homicidios más alta registrada hasta ahora: 264 asesinatos en un año, es lo que pasó en 2013. Y para que termine 2022 todavía falta casi un mes entero. Los datos oficiales que maneja el Gobierno exponen con crudeza los rasgos de esta violencia urbana impar: una vasta proliferación de armas de fuego, mayor cantidad de víctimas mujeres que otros años –y no por violencia machista–, víctimas en su mayoría que no llegaron a cumplir 30 años; casi todos los crímenes cometidos en la vía pública, casi todos premeditados, la mitad con una orden o encargo previo, y donde 7 de cada 10 se explican ya no por problemas interpersonales u ocasión de robo sino referentes de alguna economía delictiva y sus derivaciones.
Parte de eso insinúa precisamente el asesinato n° 264: el de Gerez, de 57 años. Ocurrió en el pasaje Caaguazú (una cortadita de Garzón al 3300). Lo encararon en la calle y le dispararon 13 balazos como mínimo, según las vainas que la policía recogió en el pavimento. Más tarde, apresaron a dos hombres en una camioneta en Deán Funes al 5700, como sospechosos del crimen. La ejecución de este hombre ocurrió a la vuelta de una casa de Barra al 3400, donde la noche anterior hubo una balacera que hirió en una pierna a un niño de 10 años. Y como colofón del ataque, el pistolero dejó un mensaje: "Dejen la casa. Te vamos a matar. Tienen un día".
A un par de cuadras de allí, está el complejo fonavi de Seguí y Rouillón, donde esta semana fueron asesinados Eric Galli y Valentín Solís, ambos de 14 años, y antes habían sido baleados un chico y una chica de la misma edad, los cuatro alumnos de la misma escuela que recoge la desesperación de la comunidad.
El Observatorio de Seguridad Pública del gobierno de Santa Fe publicó hace una semana su informe mensual sobre homicidios en el que expone en estadísticas la tendencia referida. La violencia criminal en Rosario es distinta a la que exhibe el resto de Santa Fe, incluido el departamento La Capital.
El informe observa que la tendencia en cuanto a cantidad de homicidios en períodos de recorte interanual (ejemplo, noviembre 2021 / octubre 2022) es creciente desde diciembre de 2020. Es decir, la violencia letal en Rosario se agravó desde ese momento 13,7%. Después de un momento de mejora estadística entre 2014 y 2016, la situación empeoró desde 2018.
Es notable la facilidad con la que en Rosario se puede contar con un arma de fuego y usarla. El 80,8% de los crímenes este año se cometió con esas. Mayor proporción que antaño.
En cuanto a las víctimas, 8 de cada 10 son varones. Pero mientras entre 2015 y 2021 las víctimas mujeres eran el 10%; este año suman 22,7%.
En cuanto a edades, la juventud sigue siendo el blanco, y en su mayoría residente en la periferia urbana. El 52% de las personas asesinadas este año tenía entre 15 y 29 años. Y un dato nuevo: los niños (0 a 14) aparecen en esta cuenta con 4,4% de las víctimas totales. Un indicio de que el crimen se volvió más feroz e indiscriminado, en una calle con menos códigos a la hora de apretar el gatillo.
Otro dato destacado que la información oficial disponible reconoce es el avance de la violencia urbana sobre el espacio público. Tres de cada cuatro asesinatos ocurridos entre enero y octubre en el departamento Rosario ocurrieron en la vía pública. Es una proporción que se mantiene sin remedio desde 2014. Además, alrededor del 30% suceden los fines de semana, y en el 75% de los casos, durante la noche o madrugada.
En el informe criminológico emerge otro rasgo distintivo (para peor) de Rosario: 7 de cada 10 asesinatos derivan de "tramas asociadas a organizaciones criminales y/o economías ilegales". A diferencia de estas calles, este origen en el departamento La Capital está en el 29% de los casos, y 55% en el promedio provincial.
Solo 1 de cada 10 asesinatos en Rosario se explica como consecuencia de conflictos interpersonales, broncas, peleas espontáneas, etc. Ese detonante en ciudad de Santa Fe y alrededores está en el 41% de los casos; y en el 22% a nivel provincial. También los homicidios en ocasión de robo son los menos.
El avance del crimen organizado, mafioso, en la violencia criminal de la ciudad también asoma en el hecho de que en tres de cada cuatro asesinatos no hubo espontaneidad sino que tuvieron algún grado de planificación. En el 53% de los casos se detectó que hubo mandato previo de un tercero para ejecutar el crimen. Por último, otro dato de la territorialidad del crimen: 2 de cada 3 víctimas fue liquidada en un radio de diez cuadras o menos respecto de su domicilio.