El festejo se desató en las calles de Rosario tras el triunfo argentino en octavos de final del Mundial. El Monumento a la Bandera fue el epicentro de la alegría, ni bien terminó el partido, con banderas, gorros, trapos celestes y blancos, con una banda de sonido de bocinazos y cantos de cancha. La ciudad del mejor jugador del mundo tuvo su grito y la ilusión de ver coronado al equipo del capitán nacido en La Bajada, después de una siesta insuual. Desde el mediodía comenzó a apreciarse el movimiento de hinchas, quienes se trasladaban hacia algún punto de encuentro para compartir el partido con amigos, ya sea en una casa o en los bares de Rosario como el Vip, propiedad de la familia de Lio Messi, a escasos metros del Monumento. Desde antes, y durante, el partido, las calles estaban desiertas, pero todo cambió tras el resultado.
Este es un contenido original realizado por nuestra redacción. Sabemos que valorás la información rigurosa, con una mirada que va más allá de los datos y del bombardeo cotidiano.
Hace 37 años Página|12 asumió un compromiso con el periodismo, lo sostiene y cuenta con vos para renovarlo cada día.