Un joven de 25 años fue asesinado de un balazo en Barracas y por el hecho quedaron detenidos un oficial de Bomberos de la Policía de la Ciudad, que le disparó, y dos amigos de la víctima.
El hecho se registró a las 7.50 en el cruce de la avenida Vélez Sarsfield y Australia, en un paso a nivel del mencionado barrio del sur de la ciudad, donde el joven muerto, Cristian Ramón Toledo Medina, de 25 años, paraguayo, al que apodaban Paragüita, circulaba en un auto Alfa Romeo de diez años de antigüedad. Toledo Medina iba acompañado en el vehículo por Carlos Gavilán, de 23, y Jorge Daniel Nadalich, de 24, ambos residentes en la villa 21-24, ubicada a unas diez cuadras del lugar del hecho.
El policía, de 45 años, dijo que Toledo se bajó del Alfa y le golpeó el vidrio de la puerta delantera izquierda de su Renault Logan gris, en el cual él se encontraba. Creyendo que se trataba de un robo, se identificó como policía. Toledo volvió a su auto y se fue hacia el sur. Entonces el oficial comenzó a dispararle a las ruedas del Alfa Romeo mientras escapaba y que el auto impactó en la ochava de la esquina de Vélez Sarsfield y Santo Domingo, a cinco cuadras.
La policía detuvo a los amigos de Toledo y al agente que le disparó, que fue imputado de “homicidio” por el juez de Instrucción 11, Pablo Raúl Ormaechea.
La abogada Ana Adelardi, que asesora a la familia de Toledo, dijo que es “un claro caso de gatillo fácil” y que “no se trató de legítima defensa porque el policía persiguió durante seis cuadras al auto mientras efectuaba los disparos y eso no puede justificarse”.
Por su parte, el padre Lorenzo “Toto” De Vedia, de la villa 21-24, sostuvo que “hubo un incidente de tránsito cuando los chicos venían de bailar, el policía los siguió, empezó a tirarles y chocaron”. De Vedia coincidió en catalogar el caso de “gatillo fácil” ya que los jóvenes “no estaban armados” y “lo del robo es una interpretación del bombero que los persiguió”. Cristian era “muy querido por todos en el barrio porque era muy trabajador”, dijo el sacerdote, que esta tarde acompañaba a la madre y los hermanos de la víctima.