Conforme sucede cada año, el pasado 19 de noviembre se celebró el Día Internacional del Retrete, que –lejos, lejísimos del chasco escatológico– tiene nobilísima finalidad: la de echar luz sobre un problemón que afecta a billones a lo largo y ancho (2.3, para más precisiones): la falta de acceso a un baño en condiciones mínimas de salubridad. Tópico tan sensible por sus trágicas implicancias en salud, dignidad, desarrollo, ecología, que desde Naciones Unidas piden romper con los tabúes y hablar abiertamente acerca de cómo “los inodoros salvan vidas”. De hecho, con el saneamiento como prioridad para el progreso mundial, han fijado el 2030 para lograr vital meta: “el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones vulnerables”. Finalmente, según anotan voces especializadas, la falta de instalaciones sanitarias adecuadas tiene un impacto especialmente negativo sobre el sexo femenino. El colmo de la ironía: mientras se estima que 6 de los 7 mil millones de habitantes del globo tienen acceso a un celular, solo 1 de cada 3 personas acceden a un váter o letrina…
Información que sensibilizó especialmente a la artista rusa -con residencia parisina- Anastassia Elias, ducha en las bondades de maniobrar y resignificar materiales a priori descartables, a los que otorga segunda vida. Como, y hete aquí la cuestión, rollos de papel higiénico, a los que interviene con pulso quirúrgico, creando escenas miniatura en su interior. Técnica que había probado con éxito en su serie Rouleaux, y que ha vuelto a poner en práctica amén de alertar sobre el crítico estado de situación. Convocada para el pasado Día Internacional del Retrete por la organización internacional WaterAid –dedicada a proveer acceso a agua potable, servicios higiénicos e información sobre prácticas sanitarias–, que pidió a la señorita crear paisajes urbanos en cada petit rollo. “Representé 10 ciudades de los distintos continentes, algunas que ofrecen este derecho inalienable a sus habitantes, y otras donde queda aún mucho por hacer”, ofrece la damisela. Entre las últimas seleccionadas, sitios como Agra, Daca, Tombuctú…