A dos meses del inicio de una investigación sobre falsificación de pasaportes que involucra al exjefe de la custodia presidencial, Alejandro Astesiano, el escándalo aumentó esta semana en Uruguay luego de que el medio La Diaria diera a conocer una serie de chats que revelan una trama de espionaje y chantaje contra dos senadores del Frente Amplio. El militar retirado Mario Panizza, que figura como gerente de la compañía de seguridad Vertical Skies, le exigió a Astesiano que elabore "fichas" con "información personal" de Mario Bergara y Charles Carrera, dos semanas después de que ambos legisladores ampliaran una demanda penal ante la Fiscalía por la concesión del puerto de Montevideo a una empresa belga hasta el año 2081.
"Los quieren atar para que retiren la denuncia" del puerto, le explicó en marzo el militar retirado a Astesiano para justificar su pedido. Cinco meses después, el jefe de la custodia presidencial recibió una importante transferencia de dinero de esa compañía, también interesada en la compra de dos patrulleros de la Armada. "Esta práctica mafiosa tiene una gravedad institucional importante porque lo que buscaban era que dos senadores de la República no ejercieran su rol político. Se están comenzando a dar una serie de sucesos que erosionan la credibilidad del gobierno y la solidez institucional de Uruguay", asegura en diálogo con PáginaI12 el senador Bergara, uno de los objetivos de esta trama de espionaje.
Los chats de Astesiano
Astesiano estuvo a cargo de la custodia del presidente Lacalle Pou hasta hace un par de meses, cuando fue detenido, acusado de formar parte de una organización que falsificaba documentación para otorgarle pasaportes a ciudadanos rusos. Además de Astesiano fueron imputados el escribano Álvaro Fernández, su esposa Patricia Medina y el gestor ruso Alexey Slivaev.
"El presidente de la República colocó a Astesiano en un espacio de poder a sabiendas de sus antecedentes, porque fue advertido por sus correligionarios de las características de esta persona y el aún así optó por colocarlo en un espacio de poder, porque él ahí tenía acceso a información privilegiada y delicada de toda la sociedad" explica Bergara sobre Astesiano, quien antes de ser detenido borró toda la información de su celular, aunque la policía científica logró recuperar el cien por ciento del contenido.
Los chats de WhatsApp recuperados del celular de Astesiano revelan un intercambio de mensajes entre el exjefe de la custodia presidencial y un militar retirado uruguayo. "En estos chats surge que se buscaban generar fichas de nuestras dos personas con el fin de encontrar trapos sucios para poder extorsionarnos y que retiráramos una denuncia penal que tiene que ver con un acuerdo para nosotros inconstitucional, que violaba los procedimientos y en el que se había incurrido en delitos", sostiene Bergara.
Se trata de un acuerdo entre el gobierno uruguayo y una empresa belga, Katoen Natie, en el que se le entrega el monopolio en la actividad de contenedores en el puerto de Montevideo por 60 años. "Una decisión que fue tomada sin pasar por el Parlamento, violando la Constitución y varias leyes. Todo eso se hizo sin un solo informe técnico, ni ecónomico, ni jurídico. Para nosotros eso es un monumento al abuso de funciones", advierte Bergara, quien junto a Carrera fue la cara visible de un caso que mereció interpelaciones en el Parlamento, recursos administrativos y denuncias penales.
Otro capítulo de la trama revelada por La Diaria tiene que ver con la empresa Vertical Skies, una consultora de seguridad con base en Miami, Buenos Aires y Montevideo. "Están vinculados con esta compañía dos exmilitares retirados, que además de ser quienes solicitaban estas fichas personales con fines extorsivos, procuraban a través de Astesiano tráfico de influencias para incidir en licitaciones públicas, sobre todo vinculadas a las Fuerzas Armadas", manifiesta Bergara, quien aporta que "más allá de que el presidente de la República trate de restarle importancia, el ministerio de Defensa acaba de dejar sin efecto una licitación en donde participaba, justamente, una empresa vinculada a Vertical Skies".
¿Qué pasa con Lacalle Pou?
Desde la Fiscalía uruguaya informaron este domingo que la sugestiva decisión de la fiscal Gabriela Fossati de no acceder a los chats entre Astesiano y el presidente Lacalle Pou partió de una "mala comunicación" del personal de inteligencia que participó en la detención del exjefe de la custodia presidencial. En principio Bergara coincide con que se soslayen mensajes que tengan que ver con cuestiones de la familia presidencial o de índole personal, y aclara: "Acá no hay ninguna presunción de que el presidente sea parte de una banda criminal, claramente Astesiano sí lo era, pero creemos que la investigación tiene que tener la profundidad y la independencia suficiente para investigar todo lo que está sobre la mesa".
El jueves pasado los senadores Bergara y Carrera radicaron una denuncia penal sobre el espionaje político presuntamente realizado por Astesiano. La Cámara de Senadores expresó ese mismo día un rechazo unánime a la persecución de los dos legisladores. Lamentablemente para Bergara no existió la misma respuesta por parte de Lacalle Pou. "La mera posibilidad de que esto estuviera ocurriendo ameritaba un pronunciamiento inequívoco de todo el sistema político, empezando por el presidente de la República, quien más bien de alguna manera puso en duda al decir que en principio se trata de chats y rumores", expresa a este diario quien fuera ministro de Economía y Finanzas de Uruguay entre 2013 y 2015.
Un sondeo realizado por la Usina de Percepción Ciudadana (UPC) y publicada por La Diaria arrojó que el caso Astesiano tiene su impacto en la opinión pública: un 35 por ciento de los encuestados aprueba la gestión del presidente, mientras que en octubre ese mismo registro era del 40 por ciento y bastante más alto en los mejores momentos de Lacalle Pou, por su gestión de la pandemia de covid-19.
"El malestar arranca con la entrega del monopolio del puerto que generó suspicacias en la población. Ha habido también irregularidades y delitos en la función del ministerio de Turismo al punto tal que fue removido el propio ministro (Germán Cardoso). También hubo otro episodio que no fue bien explicado por parte ni del ministerio del Interior ni de la Cancilleria, donde se le pidió de manera extraordinaria y exprés un pasaporte a un narcotraficante uruguayo (Sebastián Marset) que estaba preso en Dubai por tener un pasaporte falso, siendo una persona que había estado presa en Uruguay y que estaba siendo investigada por la DEA, por las autoridades paraguayas y las autoridades uruguayas. Aún así se le envió un pasaporte que le permitió salir de la cárcel de Dubai", detalla Bergara.
Finalmente está la "perla" del caso Astesiano, donde todos los días está surgiendo un escándalo nuevo y donde entre los más de mil chats hallados en el teléfono celular del exjefe de la custodia presidencial, de acuerdo al senador del Frente Amplio, podrían aparecer los nombres de "periodistas, fiscales, jueces o ciudadanos comunes a quienes se buscó hacer parte de una práctica mafiosa llevada adelante como un negocio a efectos de enriquecerse, porque todo esto es por plata".