Luciana Santillán es referente de la Corriente del Pueblo, una de las organizaciones sociales que en Jujuy pelea por “cambiar algo para mejor” en la vida del sector popular. Su marido era César Cristian “Luca” Arias, otro referente del mismo colectivo, quien falleció en 2006 a causa de una leucemia fulminante. “No quiero, y nadie quiere en la corriente, que se use la muerte de Luca para cuestiones que apuntan a destruir las organizaciones sociales jujeñas”, advirtió la dirigente, en relación a “la mediatización” del hecho. Desde hace más de un mes, Santillán y su abogado, el dirigente de la Coordinadoras de trabajadores de la Economía Popular (CTEP) Juan Grabois, reclaman al diario Clarín y al periodista Gabriel Levinas una rectificación del artículo publicado en junio pasado, en el que se afirmaba que Luca murió “tras una golpiza de Milagro Sala”. “Nunca le endilgamos la muerte de Luca a Sala”, insistió Santillán, para quien la judicialización de la dirigente de la Tupac Amaru es “la punta de lanza para arrasar con todos las organizaciones del campo popular”. “Detrás de toda este armado mediático, en el que ya es juzgada de antemano, que ya es asesina de Luca Arias, esta mediatización de la Justicia, hay un avance contra todos los sectores del campo popular. Eso queremos denunciar y que quede claro”, remarcó.
“Aun cuando no somos gente que nos hayamos llevado bien con Sala, no somos ni hemos sido tupaqueros, no podemos dejar de ver que su demonización y la persecución política en su contra nos puede y nos va a llegar a todos si se lo permite”, insistió la referente de Corriente del Pueblo. Lo hizo en más de una ocasión y de maneras diferentes durante la entrevista con PáginaI12. Porque Santillán quiere desmentir “la información que echó a circular Clarín que vincula directamente la golpiza que recibió Luca con su muerte” y dejar en claro “que no es cierta”. El 5 de junio pasado, Levinas publicó en ese matutino un artículo en el que atribuye la muerte de Arias a una golpiza que asegura que con otro dirigente de la Corriente del Pueblo recibió de parte de Sala y otros integrantes de la Tupac en una oficina gubernamental. Muy hacia el final del artículo periodístico, titulado “Muerte tras la golpiza de Milagro Sala a un militante”, el periodista informa que Arias falleció seis meses después del hecho y que “los médicos que lo atendieron dijeron que a causa de una leucemia”. “La publicación del artículo es tendenciosa, solo queda circulando que Sala es una asesina”, remarcó Santillán.
–¿Por qué se echan a circular estas informaciones falsas?
–La golpiza existió y fue denunciada en una causa caratulada como lesiones graves. Seis meses después del episodio, Luca falleció de una leucemia mieloide aguda. Consulté muchos especialistas y médicos que descartaron que tal cosa pudiera tener relación con los golpes, que se pudiera prever, siquiera. Sin embargo, la mediatización del tema convirtió al hecho en un asesinato. A la opinión pública le llegó a través de los medios que Sala está siendo investigada por el asesinato de Luca y eso es lo que se termina reproduciendo, con la intención, entendemos, de destruir a las organizaciones sociales e incluso al pueblo de Jujuy. Hoy consideramos que la judicialización de Sala es la punta de lanza para ir por todas las organizaciones de Jujuy. No queremos ser cómplices de la utilización de una enfermedad en una cuestión que entendemos claramente que es contra todos.
–¿Qué lleva a que se crea todo lo que se dice de Sala en los medios?
–Está muy arraigado el discurso del endemoniamiento de Sala en Jujuy, desde la clase media para arriba. Ella no goza de buena opinión en el pueblo de Jujuy. Pero creemos que este caso está siendo usado para avanzar contra todo, no solo contra Sala y la Tupac; para arrasar con conquistas sociales, laborales. Y a Sala si bien le endilgan desvíos de fondos, no está presa por nada de eso; está presa por luchar, por un acampe, por un escrache a quien hoy claramente es el entregador del pueblo de Jujuy, Gerardo Morales. Es muy desesperante que el pueblo en general la quiera presa perpetua a Sala cuando en realidad ese es el destino que nos espera a todos los que queremos cambiar algo para mejor.
–Planteó que Sala es víctima de una persecución política. ¿Entiende que es un mecanismo que se va a aplicar políticamente en general?
–La mayoría de las organizaciones sociales de Jujuy entendemos que lo que el gobierno de Morales está haciendo con Sala es un botón de muestra. Y la situación es grave porque la estrategia del gobierno es meterle miedo al pueblo, decirle que si se organiza la va a pasar mal; un miedo tan grande que anula toda reacción popular para defender a Sala y reclamar por su libertad. No vamos a negar errores que se han cometido desde la Tupac, y quizás esos errores sean los que dificultan su defensa. Para el que vive en Jujuy y no es tupaquero es difícil la defensa de Milagro Sala. Pero para los tupaqueros y el resto de los militantes del campo popular es difícil la vida: estamos siendo perseguidos como nunca, somos víctimas de arrestos sin motivo, de aprietes. Es tal el contexto represivo que movés un dedo, cortás una calle reclamando y ya te cae la policía. Hay una falta de respeto a los derechos constitucionales de peticionar, de reclamar, que es terrible. Hay un barrio en la capital, el Luca Arias, que es donde nosotros conservamos mayor fuerza, donde cada vez que movilizamos, que lo militarizan con excusas como para que la gente no salga a la calle. Meten miedo. Meten causas. Gerardo Morales agarró nuestro barrio para destruir nuestra organización y constantemente hay aprietes de la policía, de los funcionarios, de los punteros. El gobernador viene al barrio y abiertamente plantea que va a hacer desaparecer a las organizaciones. Es una cuestión muy grave de represión y de desaparición de todo lo que sea organización y construcción social popular.
–¿Cuál es la base social de apoyo a Morales en esta estrategia?
–Era la clase media durante el primer año de gobierno. Pero ahora también la están afectando, está muy desprestigiado. Porque están arrasando con todos los sectores: los maestros no tienen paritarias, hay más de 1200 maestros que cobran irregularmente los sueldos, la salud está pésima... Está todo en una situación gravísima económica y reivindicativamente hablando, pero bueno... siguen cohesionando con abominar a la Tupac, continúan con los aprietes, como sucedió con el sindicato de azucareros. Fue un golpe mediático muy fuerte contra Sala durante el primer año de gestión en relación con la corrupción: que bolsones de plata, que desvíos, que mansión, que autos de lujo; así se logró que la gente empezara a mirar con muy malos ojos a la Tupac y al resto de las organizaciones, a los sindicatos. A partir de entonces, todos somos chorros. Ese golpe de efecto nos dejó como pueblo desguarecidos, sin herramientas para salir a luchar. El único bueno era Morales, el salvador que había venido a poner las cosas en su lugar. Pero ahora eso ya se dio vuelta. El bueno está recortando todas las asistencias sociales, están planeando despidos masivos en el sector público, entregando la puna y la quebrada a las multinacionales, regalando el litio de Jujuy... El bueno viene por todo. Su segundo golpe, es el represivo. Si te movés y te organizás, te pueden armar causas que tranquilamente hacen y deshacen en la Justicia. La Justicia no tiene nada de imparcial, Menem espera por causas de asociación ilícita en su casa y Milagro Sala está presa.
–¿Piensa que Sala es una presa política?
–Sí. Como cualquier ciudadano argentino, le deben seguir un proceso judicial porque hay cosas por las que deberá rendir cuentas a la Justicia, pero en libertad. Es una detención arbitraria la suya. Sentimos que las causas que le armaron por el acampe, la que le inventaron por el escrache, son causas en contra del pueblo, no solo en contra de ella.