Mauricio Macri reivindicó la represión a los trabajadores de PepsiCo al afirmar que “no se puede tomar por la fuerza una fábrica”. “No se puede herir a policías, que hubo que internar, y también quisieron herir a colegas de ustedes”, tergiversó los hechos el Presidente, sin acusar recibo de las denuncias de periodistas gaseados y golpeados por policías y gendarmes. El camarista del Trabajo Luis Rafaghelli, en tanto, defendió su fallo a favor de la reincorporación de empleados que no habían aceptado indemnizaciones, al recordar que el despido “es un hecho ilícito” y que la multinacional “no cumplió con el procedimiento preventivo de crisis”.
“Hay que entender que estamos trabajando para que el empleo crezca y si hay una fábrica que se muda de lugar, si le decimos a la gente que viene a este país que está en una fábrica y no la puede cerrar nunca más en la vida, es complicado”, dijo Macri, quien también reivindicó el derecho empresarial a despedir trabajadores. “Es como invitarte a mi casa pero después no te vas a poder ir nunca más”, graficó en castellano intrincado, y agregó que ante esa alternativa “no va a ir nadie a tu casa”. Tomar una fábrica, aunque la empresa haya decidido cerrarla, “no es lo correcto, no está bien, no es legal”, insistió Macri. “La violencia es lo peor que puede existir en una sociedad y tenemos todos que entender que hay que sentarse en una mesa y dialogar”, propuso, sin precisar con quién debían dialogar los despedidos.