En un café del Microcentro porteño, el wifi colapsa y el Zoom se traba. Así que la única opción para continuar la entrevista con Rafael Cohen, integrante de !!! (Chk Chk Chk), es pasarse a WhatsApp. "Es la historia de los últimos dos años", bromea el músico de origen mexicano que volverá con su grupo a la capital argentina para tocar este sábado 10 de diciembre en el Club Ciudad de Buenos Aires, como parte del festival Music Wins.
Muy cerca de aquel café céntrico, pero hace 48 años, otro Rafael Cohen estrenaba en uno de esos cines devenidos templos evangélicos su película Un viaje de locos. Al conocer sobre la existencia de su tocayo argentino, el bajista y percusionista de la banda pregunta si era bueno como director. Y cuando se le explica que hacía un tipo de comedia que hoy podría ser considerada "cine serie B", se ríe y establece una especie de paralelismo samaritano: "Es igual que nosotros también. Los Chk Chk Chk somos músicos clase B".
Por más que intente devaluar su octanaje, el sexteto californiano publicó este año uno de sus discos más brillantes: Let it Be Blue. Título que, más que aludir a The Beatles, da cuenta de la tristeza como antípoda del vigor. Y es que fue compuesto en medio de la pandemia. Pero aunque se trata de un repertorio confeccionado a base de computadoras, como les permitió la cuarentena, su intención siempre fue que sonara lo más humano posible. Resistiéndose a la cada vez más apocalíptica idea de que la tecnología es sinónimo de libertad. "Esa fue en parte la intención del disco", dice Rafael Cohen, quien ya había estado en Buenos Aires cuando el grupo dio muestras de su fabulosa performance en el Personal Fest 2008.
--¿Qué los motivó a tomar esa decisión?
--En la pandemia, como no podíamos tocar juntos, teníamos dos opciones: nos tomábamos unas vacaciones que hubieran sido de dos años o intentábamos hacer algo con estas limitaciones. Se nota un poco que la música es más minimal, hay menos instrumentos en cada canción. Eso nos llevó a hacer algo que quizá no hubiéramos hecho estando todos juntos en el mismo cuarto.
► "Nuestra mejor promoción son los shows"
Si bien la OMS aún no declaró al covid-19 como endemia, la mayoría de la población mundial lo dio por hecho. En ese intento por retomar la cotidianidad, muchos artistas se dieron cuenta de que no están en condiciones para hacerlo, así sea por razones económicas o sanitarias. Una de las que lo hizo público fue Santigold: "Esta situación me trajo problemas de ansiedad, insomnio y malestares físicos. Creo que lo mejor, al menos por este momento, es cancelar la gira y esperar a que el panorama para los artistas independientes mejore", reveló en un comunicado.
--¿Ustedes pusieron en duda su regreso a los escenarios?
--Es una realidad que salir a tocar en este momento puede provocar que pierdas mucha plata. Por eso un montón de artistas decidieron no hacerlo. Esta vez no estuvimos en Europa, porque las finanzas no nos daban. No sé si podremos salir de gira como antes, pero es algo que tenemos que afrontar.
--Otra cosa que nos legó el encierro es que una máquina puede componer por vos.
--El asunto de la inteligencia artificial no es algo a lo que le preste mucha atención. Pero hablando con mis compañeros, nos interesa regresar en algún momento a la sala y usar lo que aprendimos de las máquinas. Hoy más que nunca, la idea de un grupo humano tocando es valiosa. Va en contra, además, de la inteligencia artificial.
--Hay un mito que dice que sacan discos para poder salir a tocar en vivo.
--Nuestra mejor promoción está en el escenario. Si quieres convencer a alguien de que somos un buen grupo, ven a vernos tocar. Nos encanta hacer discos, pero en el show es donde mejor presentamos lo que hacemos. Si vas a estar girando por un año, tienes que estar emocionado con lo que estás tocando. Y tocar canciones de hace 20 años no es tan interesante. Así que es cierto: hacemos material nuevo para tocarlo en el escenario. Hoy nos parece interesante traducir la música de las máquinas a los conciertos. Al final, si nuestro show funciona es porque tenemos el oído puesto en que la gente baile.
► "Aún no hicimos nuestro mejor disco"
Junto con LCD Soundsystem, The Rapture, Yeah Yeah Yeahs o Glass Candy, el de Cohen fue uno de los pilares de la escena de dance punk que, a partir del resurgimiento del post punk en la primera década de los 2000, revolucionó la manera de hacer rock en el cambio de milenio.
--¿Se sienten supervivientes de esa movida?
--Nos sentimos supervivientes. Al punto de que ya hay otra generación de artistas, 20 años menor, que está haciendo post punk; básicamente los nuevos conjuntos británicos. Nos graduamos de ese sonido, y estamos más en sintonía con la música que está pasando ahora. Seguimos con la idea de que aún no hicimos nuestro mejor disco.
--¿Y qué rescatan del post punk en esta etapa de la banda?
--Nos quedamos más bien con la actitud. No estamos atados a un sonido en particular, sino que simplemente hacemos lo que nos da la gana. A partir de ahí, vamos hacia donde nos interesa.
Al igual que Empress Of, Xenia Rubinos, Helado Negro, Devendra Banhart, Neon Indian y Juan Wauters, Rafael Cohen forma parte de una generación de artistas de origen latinoamericano que consiguieron instalarse en el corazón de la escena independiente estadounidense.
--¿Cuánto pudo trascender la influencia latina en la música que se cocina allá?
--Es cada vez más influyente. Artistas como Rosalía o Bad Bunny actualmente son los que mejor nos representan. En la escena independiente, no puedo hablar por los demás. Pero al menos en !!! (Chk Chk Chk) abrí la puerta para que metamos más influencias latinas en nuestra música. Antes quizá creía que no funcionaba. En nuestro último disco hay un tema en español llamado Un puente, en el que me hablo a mí mismo: "Tú ves una pared, yo veo un puente". Eso se refiere a los dos lenguajes y culturas que hay en el grupo. Aunque en estos días lo veo más bien como un puente de verdad en el que podemos acudir a Rosalía, a Devendra o al dembow dominicano.