Malas noticias para el marino Alfredo Astiz. El Tribunal Oral Federal (TOF) 5, que lo juzgó y condenó a prisión perpetua en dos oportunidades, rechazó excarcelarlo. El pedido del integrante del grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) había llegado días antes de que se cumplan los 45 años de los secuestros de las Madres de Plaza de Mayo y de las monjas francesas en la Iglesia de la Santa Cruz que él mismo propició como infiltrado.
Los jueces Adriana Palliotti, Fernando Canero y Daniel Obligado resolvieron denegar la excarcelación que Astiz reclamó el lunes a través de la defensa oficial por considerar que ya estaría en condiciones de acceder a la libertad condicional en una de las causas que lo tiene como protagonista. El fiscal Leonardo Filippini ya había dicho que no le daban los cálculos al marino.
Astiz fue condenado en dos oportunidades a perpetua. La primera vez fue en 2011 --esa sentencia ya fue confirmada por la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal--. En noviembre de 2017, el TOF 5 --con una integración distinta-- volvió a darle la misma pena. Pese a los cinco años que pasaron desde el fallo, Casación aún no lo revisó.
Astiz pedía salir en libertad en el expediente en el que la sentencia no está firme. En la otra causa, según los cálculos que se manejan en los tribunales, podría empezar a reclamar la libertad condicional --por haber cumplido las dos terceras partes de la pena-- recién en abril próximo. Después vendrá la discusión acerca de si una persona como él, que sigue jactándose de sus crímenes y que nunca aportó información sobre el destino de sus víctimas, podría acceder a ese beneficio.
Por el momento, los integrantes del TOF 5 entendieron que el pedido de Astiz debía rechazarse. La defensa oficial ya había hecho reserva de llevar el caso ante la Cámara Federal de Casación Penal, donde es probable que tengan que resolver las próximas semanas los camaristas Guillermo Yacobucci, Carlos Mahiques y Ángela Ledesma.
Uno de los magistrados que rechazó el pedido de Astiz fue enfático al señalar que una libertad anticipada para un condenado por crímenes de lesa humanidad podría traer aparejado responsabilidades internacionales para el país. "El Estado argentino asumió el compromiso internacional de garantizar no sólo que se sancione a los responsables de crímenes de lesa humanidad, sino también que se los castigue de manera adecuada, lo que resulta decisivo en este caso para adjudicarle gravedad institucional", escribió el juez Obligado en su voto.
"El otorgamiento del beneficio solicitado --a mi entender-- y por las características propias del delito por el cual fue condenado el solicitante Astiz, implicaría una desnaturalización de los principios antes invocados lo cual importa, en última instancia, una disminución del efecto de la pena impuesta", agregó Obligado.
Astiz acaba de cumplir 72 años y está preso en la Unidad 31 de Ezeiza. El ángel de la muerte es uno de los rostros más conocidos del grupo de tareas que operó en la ESMA, donde estuvo destinado, al menos, entre 1976 y 1979. Dedicado a tareas operativas, Astiz también se dedicó a la inteligencia y la infiltración.
En 1977, Astiz se presentó en Plaza de Mayo con el nombre de Gustavo Niño. Decía tener un hermano desaparecido y, en algunas oportunidades, llevaba a una secuestrada de la ESMA a quien obligaba a hacerse pasar por su hermana. De a poco, se fue ganando la confianza de las Madres. El 8 de diciembre de 1977, fue él quien señaló a los militantes que se reunían en la Iglesia de la Santa Cruz. Ese día estaban juntando firmas y dinero para publicar una solicitada en el diario La Nación para denunciar las desapariciones. Los secuestros siguieron hasta el 10 de diciembre de ese año. Entre los doce secuestrados estuvieron las Madres Azucena Villaflor, María Eugenia Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga así como las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet. Para la justicia argentina, el grupo de la Santa Cruz fue "trasladado" en un vuelo de la muerte del 14 de diciembre y arrojado al mar.