La tensión creciente y las protestas formales de la Argentina, Brasil y Paraguay por el anuncio de Uruguay sobre su decisión de ingresar al Acuerdo Transpacífico, que complementa a su búsqueda de un Tratado de Libre Comercio con China, fueron el eje de los debates primero entre los cancilleres y luego los presidentes que participaron de la LXI Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, en Montevideo. Durante el cierre, que concluyó con el traspaso de la presidencia pro tempore de Uruguay a la Argentina, Alberto Fernández aseguró que "la solución no es que cada uno haga la propia; no creo que sea el mecanismo", dijo mientras su par uruguayo, Luis Lacalle Pou, intentó explicar que sus intentos de avances con otros socios comerciales no buscan la ruptura.

“Abrirse al mundo” y “ruptura” son los términos que sintetizaron los intercambios pero que en realidad dieron pie a debates más profundos (y aún no zanjados) como las asimetrías internas del bloque, la manera de enfrentar las adversidades globales y la capacidad y la velocidad de avance en la relación comercial con terceros.

Lacalle Pou y Fernández ocuparon el centro del debate, el primero pidiendo “desterrar del imaginario” la idea de una ruptura por parte de Uruguay, y el segundo abandonando su discurso escrito para señalar la necesidad de fortalecer la convivencia interna a fin de mejorar la proyección hacia el mundo. El uruguayo llamó a “abrirse al mundo” afirmando que no se puede tardar “25 años” en firmar un acuerdo; el argentino señaló el cambio producido por la pandemia y la guerra, con un repliegue de la globalización y un empoderamiento de los bloques regionales. "La solución no es que cada uno haga la propia. Nos preocupan las decisiones unilaterales con terceros países. Una de las condiciones de la sociedad es cumplir las reglas", advirtió. Las divergencias vienen de lejos y tienen como antecedente una cumbre de 2021 en la que el uruguayo llamó “lastre” a sus socios comerciales.

Después de la reunión de cancilleres, donde Argentina, Brasil y Paraguay volvieron a criticar la actitud unilateral de Montevideo, y de que el canciller Santiago Cafiero dijera que si Uruguay avanza “deberá elegir” si se queda en el Mercosur, Lacalle Pou morigeró su discurso. “Acá no se trata de ruptura. Me parece que hay que sacarlo del imaginario colectivo nuestro, hablar de ruptura. Acá se trata de resolver tensiones”, dijo. Aclaró que su país “necesita y tiene vocación de abrirse al mundo”, pero consciente de que “en grupo es mucho mejor”, y consideró imperativo "darle un empujón" al Mercosur, que es “una de las zonas más proteccionistas del mundo”.

Luego del llamado a dialogar de Lacalle Pou, tanto Fernández como el paraguayo Mario Abdo Benítez desistieron de leer sus discursos y echaron mano a la improvisación para responderle. “Una de las condiciones es cumplir las reglas, y las reglas del Mercosur dicen que esos acuerdos (de libre comercio) deben tener otro mecanismo de tratamiento”, apuntó Fernández. Aclaró que a la Argentina le interesa más negociar y comprarle a sus socios del bloque que a países “extrazona”, y anunció que junto con Brasil trabajan en la conformación de un Banco Central Común, un proyecto que Lacalle Pou criticó minutos antes al decir que “no se puede correr si no se puede caminar”.

Fernández recalcó que “el gran secreto” es unir esfuerzos y consideró que “el gran problema” que inquieta a los socios más pequeños es el de las “asimetrías” internas. “El camino no es el que proponés, sino revisar de una vez y para siempre cómo corregimos las asimetrías que tenemos y las que inquietan”, le volvió a replicar a Lacalle Pou.

El vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, llamó a la unidad y dijo que su país está dispuesto a debatir “diferentes modalidades de negociación". Esta cumbre, la segunda a la que Bolsonaro no asiste en persona, es también la última de su gobierno. El 1º de enero asumirá Luiz Inácio Lula da Silva, quien prometió revitalizar el bloque y mantener un comercio "inteligente" con otros actores.

El traspaso de la presidencia pro tempore  sirvió para un nuevo intercambio entre Fernández y el anfitrión. El argentino distendió su tono y dijo creer que es necesario “revisar la normativa” del bloque. “Tal vez tengas razón que la normativa es dura y tenemos que gestionar un marco de flexibilidad con esto que llamamos decisiones unilaterales”, concedió. Lacalle Pou cerró diciendo: “Lo dijimos, vamos juntos. Si no se quiere ir, la manera de ayudarnos, es dejarnos ir”.