La inspección ocular prevista para el 12 de diciembre próximo sobre el río Arenales, en el marco de la causa que resolvió que el cauce sea saneado se encuentra nuevamente en riesgo de suspensión.
Así lo explicó a Salta/12 Pedro Arancibia, abogado representante de los vecinos de los barrios aledaños al cauce. El recurso de amparo se presentó en 2011 tras la inundación que generó una afectación importante a las pertenencias de los vecinos.
Esta es la segunda suspensión de la última inspección ocular dispuesta por el juez de la Cámara Civil y Comercial a cargo de la causa, Marcelo Domínguez, quien justo ese mismo día asumirá como ministro de Seguridad de la provincia. Aunque fuentes judiciales especularon con que la medida podría llegar a cumplirse, para Arancibia es difícil su concreción.
La inspección debía realizarse inicialmente hace un mes. Pero quedó suspendida tras el pedido de licencia del fiscal de Cámara, Civil, Comercial y Laboral, Ramiro Michel Cullen, que interviene en la causa por parte del Ministerio Público Fiscal.
Arancibia aseguró que en aquella primera oportunidad se había solicitado el reemplazo de Cullen por alguien más del MPF. Pero Domínguez decidió que quien debía participar era el fiscal titular que tiene conocimiento sobre el amparo.
Sin agua o con agua contaminada
“Hay una contradicción entre la emergencia hídrica y el río contaminado”, dijo el ingeniero agrónomo Marcelo Rodríguez Faraldo, quien realizó denuncias ante la Municipalidad de Salta por las acciones de contaminación continuadas sobre el cauce del río. Aunque se solicitó que funcionarios de la comuna del área de ambiente tomen cartas en las denuncias, no hubo respuestas.
“Hay ampliación de un terreno en uno de los sectores de esa zona”, sostuvo el denunciante al indicar que además de escombros para el relleno de parte del río, hay lugares que se convierten en un vertedero permanente por la cantidad de basura que se vuelca sobre el cauce.
Esto fue lo mismo que había visto el juez Domínguez en una de las primeras inspecciones que se realizó en el marco de la causa en marzo de 2019 cuando vio a personas que se habían asentado en las márgenes del río, además de que se estaba rellenando el cauce con escombros que se acumularon por distintos vuelcos.
Esta situación acontece pese a que en 2011 por decreto 3249 el gobierno provincial creó la Unidad Ejecutora de Recuperación y Saneamiento del Río Arenales. A ello se suma que en las acciones reparadoras del cauce resueltas por Domínguez se había dispuesto que debían actuar el gobierno provincial, la Municipalidad de Salta y Aguas del Norte (esta última por el vertido de líquidos cloacales).
El riesgo del río como fuente de riego
En el trabajo de Sistemas Alimentarios de Proximidad a las Ciudades – Dinámica Territorial del Cordón Hortícola Periurbano de Salta Capital, realizado entre otros autores por Rodríguez Faraldo, se indica que en la capital salteña la superficie de producción del cordón hortícola se redujo de 576 hectáreas en 2003 a 352 hectáreas en 2022. Esto implica un 40 por ciento menos en casi 20 años.
En cambio, se observa “el surgimiento de una incipiente área hortícola sobre las márgenes del río Arenales”, y el “paulatino traslado del área productiva” hacia ese sector, incrementándose en esa zona unas 60 hectáreas en producción.
Esa actividad se sirve del cauce del Arenales “con el serio riesgo de contaminación de la producción (para su irrigación toman aguas del propio río), las cuales se encuentran contaminadas tanto por desechos cloacales de efluentes vertidos por la Planta de Tratamiento, actualmente a cargo de Aguas del Norte (COSAySA) como por la presencia de residuos inorgánicos y metales pesados altamente peligrosos”, sostiene el trabajo presentado este año.
En el estudio del Área de Ambiente del Servicio de Ingeniera y Química Forense del CIF se sostiene que “los valores de concentración de nitritos obtenidos en todos los puntos de muestreo superan ampliamente los niveles guía establecidos para la protección de la vida acuática en cuerpos de agua dulce superficial”.
Añade el trabajo que la contaminación en el tramo central urbano del río Arenales avanza hacia niveles que ponen en “verdadero riesgo la salud de la población”, mencionando que “los niveles observados de bacterias coliformes fecales superan ampliamente lo establecido por la resolución para aguas dulces, por lo que dichas aguas se consideran impropias para la protección de la vida acuática, recreación en contacto primario, y abastecimiento humano con tratamiento simple”.
Otro punto que estableció el trabajo es la falta de un ordenamiento territorial del espacio urbano y rural, que tiende a poner en cuestión la seguridad alimentaria y la inocuidad de los alimentos con que se abastece a la población salteña.