Con el 2023 a la vuelta de la esquina, el Pantone Color Institute -una de las máximas autoridades mundiales en materia de paletas- ha retomado su tradición decembrina de decretar cuál será el color del año próximo. Tradición de la que se hiciera eco esta sección la edición pasada, señalando que la elección tiene peso específico: suele marcar tendencia, servir de referencia para la industria textil, el diseño de interiores, la cosmética, etcétera. Entonces, como se ha dicho, Pantone ha hablado, y le ha colgado el título al… Viva Magenta.

O el 18-1750, tal el nombre técnico de este “carmesí matizado”, un tono “arraigado en la naturaleza que vibra con energía y vigor, que desciende de la familia del rojo y expresa una nueva señal de fuerza”, según ha manifestado la empresa vía comunicado, recordando que no toman la decisión a la ligera: arriban al pronóstico tras estudiar con pelos y señales qué acontece en distintas escenas clave durante meses. “El Pantone Color of the Year es el reflejo de lo que está ocurriendo en la cultura mundial”, han sido las palabras de Laurie Pressman, vicepresidenta del Pantone Color Institute, que sobre la flamante selección esgrime que “se trata de un tono poco convencional para una época poco convencional”.

“La sociedad reconoce los colores como una forma de comunicación fundamental y como una manera de expresar, captar, conectar e influir en ideas y emociones”, el remate de la mentada Laurie, a la que habría que sumar las declaraciones de Leatrice Eiseman, directora ejecutiva del instituto, que así describió al flamante color del año: “valiente, temerario, palpitante, llama al optimismo y la alegría”. Como sea, habemus digno sucesor del Very Peri que reinó en 2022, un tono azul violáceo dinámico con un matiz rojo violeta vivificante, desbancado en 2023 por Viva Magenta, que -según auguran- fomentará la experimentación y autoexpresión sin restricciones.