Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el martes último la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán fue una de las más cálidas del país, con casi 42 grados centígrados. No es sorpresa que la ciudad tropical se caracterice por las elevadas temperaturas, dado que es una constante histórica. Ese mismo día el ranking del termómetro lo lideró la temperatura registrada en el departamento Rivadavia, con 43 grados.
“Al 30 de noviembre, cuando hice el balance las temperaturas máximas, estaban dos grados por encima de lo normal. Y las mínimas, por debajo de lo normal. Hay una menor humedad y mayor amplitud térmica”, lo cual complica la concreción de lluvias, explicó el meteorólogo Ignacio Nieva.
El gerente del Hospital San Vicente de Paul, Oscar Soria, afirmó que no tienen conocimiento de que se hayan presentado problemas de salud por la ola de calor, al menos en Orán. Sin embargo, añadió que “sí se generó alguna baja de tensión” en la energía eléctrica en el hospital, debido al aumento de la demanda.
“Para el sábado con suerte empezará a llover”, dijo un tanto esperanzado José María Pacheco, segundo jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Orán.
Siembra demorada
Sin embargo, el pronóstico indica que la ola de calor se podría extender una semana más en la provincia, y que la falta de lluvia involucre un impacto a nivel de siembra.
“Se espera que recargue el perfil (del suelo), para la campaña de soja, maíz y sorgo”, sostuvo Oscar Tamayo, jefe de la agencia INTA en Metán. Añadió que la cantidad de lluvia que suele caer en promedio bajó y por lo tanto la siembre está demorada, debido a que “el suelo está seco”.
La espera para la siembra de soja será hasta la primera quincena de enero, mientras que para el maíz se espera hasta la segunda quincena de ese mes. Para sembrar poroto, en tanto, se suele esperar hasta la primera quincena de febrero y en el norte provincial, la demora de la siembra de este producto puede ser hasta marzo inclusive.
Cuidados en la salud
El Ministerio de Salud Pública recordó a la población que en días de altas temperaturas se corre el riesgo de sufrir insolación o golpe de calor, lo que puede poner en peligro la vida al provocar daños en el cerebro y otros órganos vitales como el corazón, los riñones y los músculos.
Los golpes de calor suelen producirse por permanecer demasiado tiempo expuesto a elevadas temperaturas sin la debida protección y sin hidratarse. Otra causa puede ser el ejercicio excesivo para la edad y la condición física de la persona, sobre todo si se realiza bajo el sol o en lugares poco ventilados.
El mayor riesgo es para los adultos mayores, niños pequeños y personas enfermas o con sobrepeso. Para evitar complicaciones, se recomienda consumir abundante agua, aunque no se sienta sed, proteger la cabeza con sombrero o gorra, usar ropa clara y liviana y evitar realizar actividad laboral o deportiva bajo el sol en las horas de mayor intensidad.
También se aconseja utilizar protector solar para prevenir quemaduras y usar lentes oscuros de buena calidad, para evitar daños en los ojos.
Cuando una persona ha sido afectada por un golpe de calor, presenta fiebre de 40º o más; se observan cambios en el estado mental o de comportamiento; la piel se ve enrojecida, está caliente y seca o hay sudoración excesiva; hay náuseas o vómitos; el pulso está acelerado; la respiración es rápida; hay dolor de cabeza; la persona se desmaya o entra en estado de coma.
Ante la presencia de síntomas de golpe de calor, lo primero que se debe hacer es llamar al SAMEC. Mientras tanto, colocar a la persona afectada en un lugar con sombra y lo más fresco posible, en posición semi-sentada, con la cabeza levantada para favorecer la respiración y retirarle la ropa para reducir la temperatura corporal.
Si fuera posible, colocar a la persona en una bañera con agua fría, o pasarle una esponja o paño mojado en agua fresca. Darle aire y colocarle compresas de hielo o toalla humedecida en el cuello, frente, nuca, axilas e ingle.
Darle a beber pequeños sorbos de agua fresca o alguna otra bebida que no contenga alcohol ni cafeína. Es importante que la ingesta de agua sea en muy pequeñas cantidades y no de golpe, para no empeorar el cuadro.
Si hay pérdida del conocimiento, practicar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) mientras llega la ayuda médica. Si no se sabe realizar esta práctica, colocar a la persona acostada, con las piernas flexionadas.