Hubiera sido injusto de toda injusticia que la Selección Argentina se vaya del Mundial de Qatar luego del partido que le jugó a Países Bajos hasta los 38 minutos del segundo tiempo y durante todo el segundo suplementario. A la semifinal del martes ante Croacia llegó sufriendo, acaso demasiado, pero llegó. Y con la clasificación, se ha cumplido una gran parte del objetivo trazado hace ya cuatro largos años, cuando el presidente de la AFA, Claudio Tapia, designó de apuro a Lionel Scaloni al frente de la dirección técnica, luego de la hecatombe de Rusia 2018.
Sea cual fuere el resultado del gran partido ante los croatas, la Selección figurará entre los cuatro primeros. Y podrá afirmar que ha jugado un gran Mundial. Desde luego que el sueño mayor es levantar la Copa del Mundo dentro de ocho días en la gran final. Y que exitistas como somos, quedará un regusto amargo en los paladares de 47 millones de argentinos si eso no sucede. Pero nadie podrá señalar a nadie con el dedo índice ni alzar demasiado el tono de voz si por esas cosas que tiene el fútbol, todo este esfuerzo no se corona con el título en la final del próximo domingo 18
Emociona Messi desde ya, su fútbol y su compromiso inmensos. Y la entrega y la convicción ganadora del resto de los jugadores, aún en los peores momentos de confusión. Ante Países Bajos como en los partidos anteriores, la Selección jugó para anudar todavía más fuerte el lazo afectivo que la unió con los hinchas desde aquella Copa América que se le ganó a Brasil en Brasil en 2021. "Nunca los vamos a dejar tirados" le dijo Messi a esos mismos hinchas luego de la patinada inicial ante los árabes. Y el equipo honró hasta la última gota de sudor la palabra que su capitán empeñó.
La misión de jugar los siete partidos del Mundial y figurar entre los cuatro primeros ya ha sido cumplida. No daba lo mismo ganar que quedar eliminados ante los neerlandeses. Y por eso se celebra tanto la angustiosa victoria. Pero todavía falta el gran objetivo: ganar la tercera Copa del Mundo. Y hacia allí sigue apuntando la Selección. Sin dejar en el camino todo lo bueno que hizo hasta aquí.