Los miembros del Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea (UE), y la Comisión Europea, acordaron el texto de una ley que se propone impedir que a esa región ingresen productos primarios, como carne y soja u otros más elaborados, provenientes de bosques deforestados. La medida regiría desde el 31 de diciembre de 2020 en adelante.
Se trata de un acuerdo al que se arribó el pasado 6 de diciembre. La iniciativa tiene como fin reducir el nivel de “deforestación importada”, como se designó a la acción de comprar productos de bosques deforestados en donde el proceso llevado adelante pasó por encima de los derechos humanos de pueblos indígenas.
Según pudo establecer Salta/12, en principio esta ley, que se prevé que sea aprobada a inicios del año que viene, no tendría demasiada incidencia en Salta.
“Son muy pocos los campos en esas condiciones”, dijo el presidente de la Sociedad Rural Salteña, Carlos Segón, al referirse a la fecha límite de la deforestación. A ello sumó que “lo que se debería haber hecho es separar entre habilitaciones legales e ilegales”. Añadió que la mayoría de las exportaciones de la provincia se dirigen a China, por lo cual la legislación no incidiría en la producción en el territorio salteño. Esto se debe a que los precios actuales de exportación a la UE son poco atractivos para los productores locales.
“El poroto negro va a Brasil; el blanco, un poco a España, y sale de campos que tienen muchos años” deforestados, dijo por su parte el secretario de Ambiente de la provincia, José Aldazábal
Añadió que la soja “generalmente va a otros mercados porque Europa no es gran consumidora” del producto. Pero entendió que de ahora en adelante, quien quiera vender esta materia prima deberá ajustarse a las condiciones establecidas por la UE. “Puede ser un incentivo para el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI), pero creo que no va a afectar a Salta”, dijo. Opinó que de todas maneras se entiende que debería existir un pago diferenciado de los productos que cumplan con las condiciones, con el fin de generar también un incentivo al momento de adquirir sus producciones.
“Disfrazaron la ilegalidad de la destrucción”
Por su parte, la organización ambientalista Greenpeace, sostuvo que si bien este acuerdo y la próxima normativa europea son un “avance para los bosques” y puede detener algunas topadoras, aunque destacó que “en el norte de Argentina, el rastreo de los productos se dificulta porque hay provincias deforestadoras, como Chaco, Salta, Formosa y Santiago del Estero, que han encontrado mecanismos para disfrazar de legalidad la destrucción, ya sea bajo la denominación de sustentabilidad o el cambio de categorías de protección”.
Como ejemplo, indicó que hay campos que se deforestaron ilegalmente y luego, en un nuevo ordenamiento de bosques, se “lo blanquea”, como se quiere hacer en algunos campos de la provincia del Chaco.
“Supongamos que en ese suelo se produce y exporta carne o soja, el mapa dirá que es lícito. Igualmente, con los sistemas silvopastoriles, que son desmontes encubiertos, pero autorizados como emprendimientos sustentables”, afirmó Greenpeace al criticar nuevas modalidades para mostrar al desmonte como algo menos dañino.
Agregó que “los derechos de los pueblos indígenas no son respetados al momento de autorizar desmontes, sin embargo, las provincias, habilitan y pasa a ser legal".
Por otro lado, la organización europea “Ecologistas en Acción”, indicó que la falta de acuerdos dejó fuera de la normativa el concepto "Otras Áreas Boscosas”. Sostuvo asimismo que con esta “quedarán desprotegidos en el ámbito de aplicación del reglamento ecosistemas con menor cubierta arbórea, pero de suma importancia para la biodiversidad, el cambio climático y la supervivencia de las poblaciones nativas, como El Cerrado de Brasil o el Chaco”. El problema será entonces que al quedar protegidas selvas como el Amazonas, la presión deforestadora se desplace a estas otras áreas.
Tampoco se pudo lograr que las instituciones financieras sean obligadas a estar sujetas a requisitos adicionales para garantizar que sus actividades no contribuyen a la deforestación.
Deforestación importada
En el mismo comunicado de "Ecologistas en Acción" se indica que “la Unión Europea, debido a sus importaciones de productos agrícolas y ganaderos, es actualmente el segundo mayor responsable mundial de la deforestación tropical (con un 16 por ciento del total mundial, con un total de 203.000 hectáreas deforestadas en 2017 y una emisión de CO2 asociada de 116 millones de toneladas). Esto la sitúa después de China (24 por ciento), pero por delante de la India (9 por ciento), Estados Unidos (7 por ciento) y Japón (5 por ciento). La soja, el aceite de palma y la carne de vacuno, fueron las materias primas que más deforestación tropical incorporaron a las importaciones de la UE, seguidas del caucho, el cacao, el café y los productos de madera. La deforestación incorporada fue mayor en las importaciones de Brasil, Indonesia, Argentina y Paraguay”.
Se espera que en la COP15 del Convenio de Diversidad Biológica que tiene lugar desde el miércoles que pasó y seguirá hasta el 19 de este mes en Montreal, sea “el momento idóneo para que China, India, Estados Unidos y Japón, se comprometan a aprobar legislaciones similares y así acabar con la mayor parte de la deforestación mundial”.