Marruecos hizo historia en serio: por primera vez en una Copa del Mundo, una selección africana se metió en las semifinales del certamen. Y además lo hizo a lo grande, ya que superó 1-0 a la Portugal de Cristiano Ronaldo para agigantar una proeza que ya había tenido un capítulo previo con la eliminación de España. Esta vez no le fue necesario llegar a los penales, ya que el gol de Youssef En-Nesyri resultó suficiente para quedarse con la victoria y con la clasificación para la semifinal ante el vencedor de Inglaterra y Francia.
Fernando Santos repitió la idea de los octavos de final y mantuvo a Cristiano Ronaldo en el banco, para tratar de aprovechar el buen presente de Gonzalo Ramos. Sin embargo, esta vez el delantero del Benfica fue bien controlado y no pesó en el encuentro, por lo que terminó reemplazado.
El encuentro fue parejo, con Portugal llevando la iniciativa y manteniendo el control de la pelota, con una chance muy clara de Joao Felix que evitó el arquero Bono. Pero a medida que pasaba los minutos, se empezó a notar que le costaba generar peligro ante un rival que esperaba ordenado atrás y buscaba lastimar de contragolpe. El desarrollo era parecido al que había padecido España, pero la diferencia es que Portugal se mostraba más incisivo que los españoles.
Confiado en su planteo, el equipo de Walid Regragui apostaba a su flanco derecho, donde Hakimi, Ounahi y Ziyech triangulaban bien. Del otro lado, Portugal buscaba las asociaciones de Bernardo Silva con Bruno Fernandes para encontrar a Ramos. Sin embargo, un error del arquero Diogo Costa posibilitó la apertura del marcador. Ante un centro desde la izquierda, el guardavallas salió muy blando y permitió que En-Nesyri lo anticipara de cabeza y marcara el gol.
El tanto marroquí profundizó las posturas, con Portugal buscando un ataque frenético y con Marruecos a la espera y bien abroquelado en el fondo. Santos, ya sin margen, mandó rápido a Cristiano a la cancha, pero el astro no entró en la conexión con sus compañeros y sólo tuvo una chance clara, que le frustró Bono con una buena tapada abajo.
La emoción se apoderó del encuentro, con Portugal en una búsqueda desesperada y con Marruecos con una defensa heroica, encabezada por Bono. Así se llegó al final, con Pepe fallando un cabezazo a centímetros del arco, que podía haber cambiado la historia. Pero se fue afuera y Marruecos metió un festejo que quedará grabado en la memoria por muchísimo tiempo.