Existen miles de plantas autóctonas desconocidas por la mayoría de la gente y que son igualmente o más preciosas que las que podemos conseguir en los viveros. Una de estas especies es la azucena silvestre.
Se trata de una flor de color anaranjado -rojizo originaria de los bosques montanos yungueños, cuyo nombre científico es Hippeastrum aglaiae.
"Es una verdadera azucena, pero en este caso es nativa, es decir, que crece naturalmente en parte de nuestros ecosistemas naturales. Es originaria de las Yungas, por lo que gusta de ambientes húmedos y sombríos. De hecho, solamente crece en medio de los bosques montanos, entre helechos y otras plantas que conforman el sotobosque húmedo", explicó a Catamarca 12, el biólogo Gonzalo Martínez.
En la provincia se la encuentra en los bosques de aliso, casi siempre formando grandes áreas o parches debajo del estrato arbóreo. "Durante casi todo el año es una planta que pasa prácticamente desapercibida, pero cuando llega su época de floración, que ocurre entre fines de octubre y principios de noviembre, se torna totalmente visible y en los parches donde habita en comunidad se percibe una explosión de colores" cuenta el biólogo.
De hecho, tanto en Catamarca (departamento Andalgalá) como en Tucumán, existen zonas a las que se les llama “campo de las azucenas”, que son visitados año a año por mucha gente para poder apreciar la floración de esta maravillosa planta.
"Su estado de conservación es incierto, pues no se han hecho estudios poblacionales. De igual manera, su distribución natural es tan restringida que es muy factible determinarla como especie vulnerable o en peligro. De hecho, al no estar protegida en Catamarca, esta especie sufre varias amenazas", contó Martínez.
De esta manera señaló que la principal amenaza "es la extracción por parte de la gente que visita los lugares en los que habita, sin ningún tipo de control. Es así, que mucha gente saca las plantas y se las lleva a sus casas, donde luego terminan muriendo a causa de que no están en su hábitat natural" dijo.
En tanto, agregó: "Recordemos que estas especies que crecen en zonas boscosas y muy húmedas, son sumamente delicadas y se las debe dejar en su hábitat natural, solamente apreciarlas en la naturaleza. Resulta indispensable la creación de áreas naturales protegidas que conserven lo mejor posible los bosques montanos en los que habita esta especie" concluye.