El país transita una nueva ola de coronavirus. Sin embargo, gracias a la exitosa campaña de vacunación, el impacto sobre la salud de las personas y el sistema sanitario apenas se siente. Los encuentros de fin de año, motorizados también por las reuniones para ver los partidos del Mundial, sumados a la baja de las defensas y a una población que debe inocularse dosis adicionales, suponen algunas de las razones que fundamentan el rumbo hacia un nuevo pico. En la última semana, según el informe epidemiológico que comparte el Ministerio de Salud, los casos se cuadriplicaron: de 3.323 registrados el 27 de noviembre, pasaron a 12.609. La mayoría, como siempre, se registró en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires, con 6.032 y 5.134 respectivamente. La buena noticia es que no se incrementa la ocupación de camas de terapia intensiva, cuya ocupación está estancada en 41 por ciento (247 personas internadas). Un dato que alivia y que contrasta con otros veranos más calientes durante la pandemia.
Bajo esta premisa, de manera reciente, Carla Vizzotti señaló que “los casos de covid-19 vienen aumentando desde hace cuatro semanas, de la semana anterior a esta lo hicieron 3,8 veces. Nuestra recomendación en este contexto es reforzar la vacunación y los cuidados de siempre”. Y a tono con las cifras, apuntó la ministra de Salud: “Por ahora el aumento de casos no se ha traducido en un aumento significativo de hospitalizaciones o de muertes. Esto se debe a que la protección que otorgan las vacunas es muy sólida”.
Las voces de la comunidad científica y médica están unificadas: es momento de aplicarse la dosis de refuerzo y que cada argentino y argentina pueda completar el esquema para reforzar las defensas. “El incremento está subestimado porque los testeos están indicados en mayores de 50 años y personas de riesgo. Pero hay que tener en cuenta que el Sars CoV-2 sigue evolucionando. Están circulando sublinajes de la variante Ómicron, que evaden con cada vez mayor facilidad la respuesta inmune inducida por la infección natural y por las vacunas”, dice Daniela Hozbor, bioquímica e investigadora principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata, refiriéndose a XBB y BQ.1.1 (que circularon con los nombres “Hipogrifo” y “Perro del infierno”). Y luego advierte: “Obviamente que los más afectados son aquellos con los esquemas incompletos”.
Otra de las razones que destaca Hozbor, como siempre, es que la situación actual invita a pensar a la población que la pandemia ya terminó. “La realidad es que a pesar de todo el virus sigue circulando. Debemos seguir atentos y precavidos”. El bioinformático del Conicet, Rodrigo Quiroga, coincide con el origen multicausal de la nueva escalada de las infecciones y plantea: “Hacia fin de año cambia el tamaño y la frecuencia de nuestros encuentros. Sabemos bien que ello favorece la circulación del covid”. Y continúa: “La capacidad de prevenir nuevas infecciones que brindan las vacunas cae con el correr de los meses, sobre todo, teniendo en cuenta las nuevas variantes. Lo advertimos en septiembre: era muy probable que hacia fin de año tuviéramos una nueva ola y aquí está, ya llegó”, sostiene el docente de la Universidad Nacional de Córdoba y analista de la pandemia.
Renovar las defensas
Si hay una tecnología que durante la pandemia ha reforzado la confianza popular en su eficacia es la vacuna. Es innegable que, a pensar que las nuevas variantes (por lo menos) son igual de virulentas que sus predecesoras, la gran diferencia entre los escenarios de 2020 y 2021, con respecto a 2022, es gracias a los pinchazos. Plataformas que se desarrollaron en diferentes partes del mundo en tiempo récord, cuyo éxito no deja de sorprender y emocionar. Pero llegó el momento de renovar la confianza: desde la cartera sanitaria invitan a que quienes se inocularon su última dosis hace 120 días accedan a una nueva inmunización. En especial, la recomendación va dirigida para aquellos grupos mayores de 50 años y para los mayores de 18 con comorbilidades de algún tipo.
A la fecha, casi 38 millones de personas han completado el esquema primario (1° y 2° dosis). Además, casi 22 millones se aplicaron la primera dosis de refuerzo, alrededor de 6 millones y medio la segunda y poco más de 460 mil la tercera. Aunque los números de las personas con refuerzo son bajos, el dato positivo es que están en aumento. Según el contador y el senador correntino Martín Barrionuevo, el ritmo de vacunación crece a tono con el incremento de la percepción del riesgo: el país está en torno a las 90 mil aplicaciones diarias, una cifra que no se advertía desde julio pasado.
“Los anticuerpos neutralizantes caen con el tiempo, por eso es clave que volvamos a inocularnos. Afortunadamente la aplicación de las dosis por jornada está aumentando de manera considerable. Durante estos meses, la gente que no accedía a la cobertura de los refuerzos, ante el incremento de casos, lo está haciendo y eso no deja de ser positivo”, destaca Hozbor.
Desde espacios como la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) instrumentaron una campaña en alusión al clima futbolero que se vive durante el Mundial. La bautizaron 'Sácale la Roja al Covid' y está relacionada, en concreto, con invitar a que la población se inmunice con la dosis de refuerzo que le corresponda con el propósito de estar “realmente protegidos”. “Los países europeos que más refuerzos aplicaron durante esta última ola son los que tuvieron el menor impacto en las internaciones. Aunque, con las nuevas variantes que circulan, las vacunas no tienen mucha capacidad para prevenir la infección, sí impiden con eficacia la chance de desarrollar una enfermedad grave”, apunta Quiroga.
La aplicación periódica de dosis anticovid llegaron para quedarse y es por este motivo que el desarrollo doméstico se torna mucho más importante. La fabricación de la Arvac Cecilia Grierson, diseñada por Juliana Cassataro junto a su equipo del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín, viene a buen ritmo y en 2023, según se prevé, podría funcionar como un refuerzo de jerarquía para robustecer las defensas y mantener a raya al Sars CoV-2. El propio Diego Golombek, uno de los divulgadores argentinos de referencia, lo deseó con un mensaje a través de sus redes sociales: “¡5ta dosis adentro! Y si tiene que haber 6ta... ¡que sea la vacuna argentina!”.
Sin restricciones a la vista
A pesar de que las medidas de prevención se levantaron hace rato, existe un conjunto de hábitos saludables que muchas personas sostienen y que funcionan como barreras de prevención muy efectivas. Al uso de barbijo (en especial en sitios cerrados y, sobre todo, cuando se tiene algún síntoma compatible con la covid), también se suma la higiene de manos y la ventilación cruzada. Se trata de medidas que, como se ha repetido hasta el cansancio, contribuyen a evitar la propagación del Sars CoV-2, así como también de otros virus respiratorios que se contagian con facilidad.
A pesar de que los casos crecen de manera acelerada, desde la cartera sanitaria tienen una certeza: “La situación actual es incomparable con la que vivimos cuando aún no había vacunas y todos éramos susceptibles. Por eso, cada vez que preguntan si va a haber restricciones respondemos ‘no’ y seguimos trabajando con todas las provincias para dar respuesta, como siempre”, explicó Vizzotti días atrás.
Esta ola, como en ocasiones anteriores, podría comenzar a disminuir luego de las fiestas. “Si recuperamos los altos niveles de cobertura de vacunación y volvemos a aplicar algunas de las medidas preventivas aprendidas, podremos controlar la propagación. Al mismo tiempo, cuando pase un poco el tiempo de los encuentros sociales, tendremos mejores chances de disminuir los casos”, proyecta Hozbor. Quiroga comparte el diagnóstico de su colega: “Pienso que después de las fiestas podría empezar a disminuir la ola. Precisamente, según lo que se puede estimar, mientras que para fin de año en el AMBA se podría comenzar a ver la primera reducción, en el resto de las provincias ese será el momento de mayor contagio”.