“No tenemos fondos”. Esa es la respuesta que el Gobierno nacional, a través de los funcionarios del Ministerio de Energía y de Trabajo, ofrecen a los dirigentes de la seccional Zárate de la Uocra, en el marco del conflicto por los despedidos del plan nuclear. El viernes tuvo lugar otra reunión en las oficinas del Ministerio de Trabajo pero no hay alternativas para las personas que se quedaron sin trabajo. El Gobierno repite la promesa de que en algún momento las empresas privadas se harán cargo de la obra y podrían reincorporar al menos a una parte del personal. Pero no hay plazos ni certezas sobre la cantidad de posibles reincorporaciones. La situación laboral en el norte de la provincia de Buenos Aires es complicada, con el cierre de las químicas Carboclor y Atanor y la confirmación de los despidos en Lanxess a fin de año, entre los casos más salientes.
El 1 de julio pasado se quedaron sin trabajo en el complejo nuclear de Zárate 672 empleados de la construcción, 220 supervisores y administrativos y unos 250 de maestranza, gastronomía, transporte y seguridad privada. En su mayor parte, se trata de contratos que no fueron renovados por Nucleoeléctrica Argentina (NASA) y la CNEA a tres empresas tercerizadas a cargo de las obras vinculadas al proyecto Carem-25 y a las obras complementarias a Atucha II. El año pasado, la reducción de la plantilla del complejo de Atucha fue de 830 trabajadores. Además, 70 trabajadores arreglaron su desvinculación con retiros voluntarios. Los despedidos iban a recibir un subsidio de 4 mil pesos de parte del Gobierno pero esa promesa nunca se concretó. Las obras del Carem-25 serán continuadas por Techint, con lo cual se espera que algún número de trabajadores puedan ser reincorporados. En el caso de las obras complementarias a Atucha II, recién podría haber alguna novedad con la llegada del financiamiento chino.
–¿Lograron algún avance en la última reunión –la del viernes– con los funcionarios del Ministerio de Trabajo? –preguntó este diario a Julio González, secretario general dela Uocra-Zárate.
–No, en absoluto. Fue una reunión dilatoria, una más. Los funcionarios del Ministerio de Energía nos repiten que no tienen recursos para continuar el plan nuclear, mientras que los de Trabajo dicen que no cuentan con fondos para siquiera dictar la conciliación obligatoria y así reincorporar al personal. Dicen que el Estado no tiene plata para pagar, que está desfinanciado. Lo mismo plantean cuando les recordamos que no cumplieron su promesa de entregar un subsidio de 4 mil pesos a los trabajadores despedidos el año pasado de las obras de Atucha. La verdad es que el argumento de la falta de dinero no es muy convincente. Claramente se han desviado los fondos para otro tipo de situaciones.
–¿Tienen alguna certeza acerca de la política de reincorporaciones que puede llevar adelante Techint en las obras del Carem-25?
–Nos dijeron que el ingreso de Techint va a permitir la reincorporación de inmediato de 68 compañeros durante los primeros días de agosto, en los trabajos vinculados al inicio de obra. El tema es que eso no es ni siquiera el 10 por ciento de los trabajadores desafectados. Se supone que después irá aumentando la plantilla, pero no antes de los 90 a 120 días. De todas formas, la obra del Carem puede emplear a un máximo de 180 compañeros, y desde abril del año pasado hay 1500 desocupados en el complejo Atucha. Por otro lado, está la obra hidráulica y de montaje mecánico del Carem-25. Supuestamente se van a subcontratar empresas para hacer esos trabajos, pero todavía están en proceso de licitación de la empresa subcontratista.
–¿Y por el lado de las obras complementarias a Atucha II?
–Esas obras quedaron totalmente paralizadas y no tienen fecha de inicio. Hablan de octubre o noviembre para poner en marcha eso, pero de parte nuestra hay mucha desconfianza. Son obras importantes que hacen a la vida útil del plan nuclear. Se trata por ejemplo del edificio de bomberos, ya que hoy esa gente se encuentra ubicada en un galpón de chapa. También un edificio de sanidad, porque hoy los médicos están en contenedores. Además, hay obras de almacenamiento y en el comedor. Si estas obras recibieran financiamiento se crearía bastante empleo hasta tanto se firme el contrato con China y arranque la cuarta central nuclear (Atucha III).
–¿En qué contexto laboral suceden estos despidos?
–La mano en Zárate viene complicada. En las químicas Carboclor y Atanor despidieron a 130 y 90 trabajadores, respectivamente. Y la firma Lanxess confirmó que cierra en diciembre, son 170 trabajadores que se quedan afuera. Zárate-Campana es un polo industrial que hoy se ve fuertemente golpeado por la decisión industrial de levantar todo e irse o de transformar las fábricas en galpones para la logística de la importación. Desde que asumió este Gobierno, se perdieron 5000 puestos de trabajo en la zona.