Tal vez con cierto anhelo simplista, la oposición incorporó deliberadamente en sus propuestas de gobierno la privatización de las empresas públicas para así reducir el déficit fiscal pronto. “El rumbo estará marcado por la estricta necesidad de equilibrar las cuentas públicas”, decía Macri al presentar su libro Para qué en octubre y arremeter directamente contra Aerolíneas Argentinas.
“Existe una larga lista de empresas públicas que deberán pasar a ser gestionadas por el sector privado sin excepciones, o que deberán ser eliminadas. El gasto público ha crecido hasta un punto tal que, lejos de ser un motor de la economía como postula el populismo, se ha convertido en un freno al sector privado”, afirmaba el expresidente y defendía las low cost, que apenas tienen una cobertura del 16 por ciento cada una en los vuelos de cabotaje según las estadísticas de noviembre de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
En la misma línea se manifestaba Patricia Bullrich: “Para ser empresas se tienen que autofinanciar. Es un gasto que usa una cantidad minoritaria de argentinos. Aerolíneas Argentinas va a tener que lograr en un plazo de un año déficit cero y si no se la tendrá que arreglar”.
Luciano Laspina, su referente económico, indica que el verdadero desafío es ir a fondo con las reformas: “Si el próximo gobierno que asuma en 2023 intenta una suerte de gradualismo en términos de no transformar estructuralmente el régimen económico, muy probablemente termine igual que el gobierno de Raúl Alfonsín”, decía en una entrevista donde cuestionaba también el timing de la política de Macri.
Laspina está obsesionado con el déficit fiscal pero simultáneamente con la baja de impuestos: “De los 3 puntos de déficit fiscal, 1 es Aerolíneas Argentinas, Aysa, todo el descontrol de Arsat, la empresa que importa la energía con los barcos regasificadores. Es obsceno todo eso”, dijo en otra entrevista.
Desde la Coalición Cívica elaboraron un informe sobre las empresas públicas y recomendaron armar un holding que las centralice y controle. Apuntaron contra Enarsa, Aysa y Trenes Argentinos, como “las más deficitarias”. Elisa Carrió sostuvo que "empresa que no funciona será empresa que se transforma en cooperativa, privada o se cierra", no está claro si para diferenciarse o referenciarse en Carlos Menem.
Carrió señaló que: “todas las empresas del Estado son cajas políticas” y que además “estamos ante un mundo opaco que es cómo funciona tal empresa”. Aún así aclara que su modelo debería aplicarse gradualmente, buscando diferenciarse de los referentes de Juntos por el Cambio.
Para los representantes de Encuentro Federal, el espacio donde están Margarita Stolbizer y Emilio Monzó, indican que “hay que sacar el déficit y si hay empresas que perdieron su objetivo, deben ser cerradas o absorbidas por otras, puede analizarse privatizaciones o fórmulas mixtas”.
Javier Milei dijo: “soy partidario de privatizar todas las compañías y Aerolíneas Argentinas regalada sale cara”.