Un hecho de violencia sin precedentes sucedió el viernes por la noche en una vivienda de la localidad de Villa Dolores, del departamento Valle Viejo. La abogada del fuero local Silvia Barrientos, concurrió tras un llamado de auxilio de una mujer que la había contratado, y en la vivienda fueron ambas privadas de su libertad, torturadas con una manguera, robadas y golpeadas por los hijos mayores de la ex pareja de la dueña de la vivienda. La policía que concurrió al lugar no actuó y la Justicia tampoco.
En diálogo con Catamarca/12, y aún recuperándose de las lesiones sufridas, Barrientos relató lo sucedido. Contó que unos minutos después del partido de la Selección Argentina había salido con una amiga a festejar, cuando un mensaje de texto la alertó.
La mujer que le envió el mensaje, había contratado sus servicios hace una semana tras recibir amenazas por parte de los hijos mayores de su ex pareja quienes le decían que tras la muerte de su padre, hace tres meses atrás, ella y sus hijos menores debían dejar domicilio en donde viven.
La abogada explicó que la mujer tiene cáncer avanzado y con proceso de quimioterapia, por lo que también le solicitó que la ayude a recuperar la obra social que perdió con la muerte del padre de sus hijos, con quien convivía hace 16 años pero no estaba casada.
“El mensaje que me llegó tenía tono desesperado, por lo que le dije a mi amiga que cambie el rumbo y nos fuimos al domicilio que ella nos señaló con ubicación. Apenas llegamos veo unos colchones tirados afuera y un tipo que la tenía agarrada. Le dije a mi amiga que llame a la policía y entré”, dijo.
“Pasé las verjitas que tiene la casa y me agarra un tipo del brazo y me dice 'qué haces´”. La abogada explicó que en ese momento, la pusieron contra la pared. “Me dijeron que era puta como la dueña y me sacaron el celular por la fuerza porque yo quería filmar. A la chica la tenían contra la pared y le estaban pegando, era terrible lo que sucedía”,
“Como yo les decía que pararan de golpearla me llevaron a otro lugar y uno de mis denunciados Gustavo Valdez, junto a su hermana Paula Valdez, que me agarraba para que no me mueva, me empieza a mojar con la manguera y me echaba agua por uno de los agujeros de la nariz mientras me tapaban el otro. Fue desesperante, horrible. Eso es un método de tortura. Por suerte logre zafarme y corrí al auto. Le pedí el teléfono a mi amiga y llame al 911 mientras gritaba que fueran porque adentro estaban matando a una mujer”, cuenta.
Cuando ella corta la llamada llegó el móvil policial que había alcanzado a llamar su amiga. “Fue increíble y desesperante lo que sucedió. Les grite que entren que estaban matando a golpes a una mujer, pero ellos empezaron con toda tranquilidad a preguntarme mi nombre, les volví a gritar porque me parecía increíble que no reaccionen. Como nada sucedía tomé el auto y me fui a la Unidad Judicial 10 para pedir ayuda”, relata.
Cuando llega a la judicial, mojada y desesperada, la atención fue similar. “Entre ellos se preguntan y se dicen 'creo que es violencia de género´ y me mandan al lado que una nueva Unidad que inauguraron hace poco. Cuando voy al lado, me desmayé porque ya me sentía mal por el tema del agua. Parece que vino el Same y cuando logré despertar estaba mi agresor ahí. Como pude comencé a decir que él era que lo detengan y nadie hizo nada”.
Barrientos, detiene el relato y aclara que lo que sentía era como que estaba en una película de esas que "nunca hubiera aceptado ver". La inacción de la policía y ahora la desinteligencia Judicial la superaron. Finalmente la mujer que la contrató, golpeada y con la ropa desgarrada llegó a la Unidad Judicial custodiada por la policía.
Los de la Unidad Judicial de Violencia atendieron a la mujer, pero le dijeron ella que lo suyo no se había producido en el ámbito familiar y la volvieron a mandar a unidad judicial común que estaba al lado. En ese lugar estaba su agresor nuevamente.
Con la llegada de sus hijos que fueron a contenerla, Barrientos logró calmarse y hacer la denuncia. Sin embargo, al otro día no fueron a buscarla para llevarla a la Sanidad Policial para que fuera revisada por sus lesiones. Es por esto que ella misma concurrió y además pidió el número de expediente. “Me dijeron que no lo tenían, que eso demoraba. Pedía hablar con el Delegado y él tampoco supo responder. Les dije que iba a denunciarlos a todos incluso al fiscal Federico Maturano por no actuar”, contó.
En tanto, la mujer con su enfermedad y sus hijos fueron llevados a otro lugar porque en la vivienda quedaron los agresores. Los policías solo colaboraron para el traslado de los colchones que los violentos le tiraron a la calle.
“Mañana – por hoy- iré a la Corte de Justicia a denunciar todo esto. Quiero saber por qué la Policía no actuó y por qué protegieron y no detuvieron a los torturadores. También quiero saber por qué el fiscal no actuó ante un hecho en flagrancia como fueron los golpes, la privación de la libertad, la tortura y el robo de los celulares, el mío y el de los hijos de esta mujer a quien también le fisuraron el tabique. También dejaron desprotegidos a sus hijos sacándolos de su casa. Es increíble”, concluyó.