Para Argentina y Croacia no hay escalas intermedias. El que gane la semifinal de este martes a las 16 en el estadio Lusail de Doha y con el arbitraje del italiano Daniele Orsato, irá a la gran definición del próximo domingo en el mismo escenario y por el título del mundo. Y el que pierda, se quedará con las manos vacías y la obligación de jugar un partido ingrato, el sábado -también a las 16- por el tercer y cuarto puesto del Mundial de Qatar.

Los dos seleccionados llegan a esta instancia rodeados de angustia y al cabo de sendas series de tiros desde el punto penal. Argentina, luego de ir ganándole 2 a 0 a Países Bajos y de que le empaten 2 a 2 en la última pelota del partido tras un interminable descuento de diez minutos. Y Croacia, después de haber revertido una victoria de Brasil 1 a 0 en el alargue, con un tanto de Bruno Petkovic a tres minutos del final. En los tiros desde los once metros, brillaron los arqueros Emiliano "Dibu" Martínez y Dominik Livakovic. Pero fue tan grande el desgaste físico y emocional de ambos equipos que ninguno querrá volver a pasarlo otra vez y en la medida de lo posible, tratarán de ganar en los noventa minutos reglamentarios o bien en los treinta suplementarios, no más allá.

Croacia, dura de roer

Además, Croacia ha probado ser indestructible en los tiros desde el punto penal. Antes de dejar en el camino a Brasil, hizo lo propio en cuartos con Japón en una noche consagratoria de Livakovic que detuvo tres remates. La cosa se estira incluso hasta el Mundial pasado, cuando eliminó en los penales a Dinamarca (octavos) y Rusia (cuartos) además de vencer en tiempo extra a Inglaterra (semis). Así, los balcánicos suman cuatro triunfos en definiciones por penales mundialistas, sólo por detrás del récord de cinco victorias argentinas (dos en 1990, una en 1998, una en 2014 y la reciente ante Países Bajos). La Selección también tiene otra marca y aún más imponente: jugó cinco semifinales y las ganó todas.

La campaña croata hasta aquí, ha sido extraña: ganó un solo partido (4 a 1 a Canadá en fase de grupos) y empató 0 a 0 con Marruecos y Bélgica, y 1 a 1 con Japón y Brasil. Su fortaleza reside en la entereza espiritual para asumir los partidos y desde luego en el volumen de juego de un mediocampo liderado por la clase y el despliegue de Luka Modric, intacto a sus 37 años.

Los 11 de la Selección Argentina

En la última práctica antes del partido, la más corta en lo que va del Mundial, Lionel Scaloni probó desde el comienzo a Rodrigo De Paul y Ángel Di María -ya recuperados de sus lesiones- a quien luego reemplazó por Leandro Paredes, quien a su vez más tarde le dejó su lugar a Lautaro Martínez. Scaloni además no ensayó la línea de cinco con Lisandro Martínez que puso contra Países Bajos y en algún tramo Juan Foyth intercambió con Nahuel Molina como lateral derecho, a falta de Gonzalo Montiel (suspendido), quien fue el cuatro titular ante México y reemplazó a Molina durante los partidos con Australia y Países Bajos.

Como viene sucediendo, el equipo argentino se oficializará cuando llegue al estadio, a lo sumo poco antes, La probable formación iría con Emiliano Martínez; Molina, Romero, Otamendi y Tagliafico; De Paul, Enzo Fernández y Mac Allister; Messi, Julián Álvarez y Di María. Pero no se descarta alguna sorpresa.

La palabra de Scaloni

En la conferencia de prensa previa, Scaloni trató de quitarle presión al partido y a sí mismo. "Lo preparamos de la misma manera que contra Holanda, Australia y Polonia. Venimos jugando partidos importantes desde que perdimos con Arabia y no cambia la sensación de que lo que viene es trascendental", dijo el entrenador.

"Todo el mundo sabe que es un partido del fútbol, que intentaremos dar el máximo, que a veces la suerte nos puede dar la espalda, pero que si hacemos las cosas bien tenemos grandes chances. Hay que tomarlo con naturalidad", señaló luego el conductor argentino en la antesala del partido más importante que haya dirigido hasta aquí: el que puede franquearle el paso rumbo a su primera final del mundo.