Agrupaciones vecinales de la Ciudad de Buenos Aires realizaron este lunes diversas protestas contra las políticas urbanísticas del Gobierno porteño. En la Comuna N°11 los vecinos y vecinas hicieron un semaforazo contra el avance inmobiliario provocado por el nuevo Código Urbanístico (CUR) aprobado en 2018 por el oficialismo, mientras que en el Casco Histórico las organizaciones volvieron a rechazar el Plan de Renovación que lleva adelante el GCBA.
"Estamos protestando contra la modificación del CUR de 2018, que trajo como consecuencia una transformación de los barrios y la destrucción de su identidad", señaló Jéssica, integrante de la organización Conciencia Urbana Comuna N°11. Desde las 18.30 horas, vecinos y vecinas de Villa Del Parque, Devoto y Santa Rita realizaron un semaforazo en la esquina de Beiró y Cuenca para decir "basta de edificios en altura".
Jéssica precisó en este sentido que el nuevo Código introdujo en esa comuna un "aumento monstruoso en la capacidad constructiva". "Ahora se demuelen casas bajas tradicionales y se construyen edificios mucho más altos de lo que se permitía y en lugares donde antes no se permitía. Esto deteriora el acceso a luz y aire, y además las superficies verdes quedan totalmente llenas de cemento", agregó la vecina.
En paralelo al semaforazo de Beiró y Cuenca, en el Parque Lezama vecinos y vecinas del Casco Histórico se concentraron para reclamar contra el "Plan de Renovación del Casco Histórico" del GCBA. La protesta fue convocada por la agrupación Barrios Históricos Vivos (BHV) y el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC). Mariel Arianda, de BHV, aseguró a este diario que los vecinos y vecinas de los barrios que componen el Casco Histórico se encuentran en "absoluta indefensión" ante las obras que, denuncian, solo apuntan a fomentar el polo gastronómico de la zona y promueven el fenómeno de "gentrificación".
El plan que ya está en marcha comprende el ensanchado de más de 70 veredas, la nivelación de calzadas y veredas y la colocación de bolardos. Los vecinos y vecinas advierten, además, que las máquinas percutoras utilizadas "hacen peligrar la estabilidad de edificios existentes y ya hubo rajaduras de medianeras en Bolívar, Venezuela y Balcarce. Además, desde el ODC alertaron también que actualmente en la zona se vive un "descontrol del uso del espacio público en pos del Polo Gastronómico".