El diputado nacional Gerardo (Jerry) Milman sigue sumando puntos más que oscuros. Ya está siendo investigado por aquella frase “cuando la maten voy a estar camino a la costa”. Después, agregó el turbio episodio, y una causa judicial, porque una joven mujer --que falsamente sostuvo que era la esposa del legislador-- conducía un vehículo con registro adulterado.
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El moderno Peugeot Sport era propiedad de una empresa privada de seguridad proveedora del Estado y en la tarjeta azul, como único autorizado a manejar, figuraba Milman. Ahora aparecieron facturas sospechosas del propio diputado a esa misma empresa, Metalúrgica Oliva Hermanos, por cifras importantes y en concepto de asesoramiento en seguridad internacional.
Junto a esas facturas llamativas, hay una de 357.000 pesos al Instituto de Estudios Estratégicos de Seguridad que preside Patricia Bullrich y en el cual Milman figura también entre sus directivos. Es decir, la precandidata presidencial del PRO supuestamente le paga a su jefe de campaña por asesoramiento en materia de seguridad. Y, finalmente, hay otra factura por 675.000 pesos a nombre de una mujer, otra joven mujer, venezolana, que vive en una humilde vivienda de Tigre y cuya actividad es servicios de grabación y sonido. Lo asombroso es que la chica, originaria del estado de Bolívar en Venezuela, está en estado crediticio irrecuperable o sea que de ninguna manera le pagó semejante cifra al legislador.
Milman nunca contestó sobre la increíble cantidad de asesores que tiene (34) y a eso se suman los 18 que designó su esposa, Florencia Retamoso, en la legislatura bonaerense. Esos asesores cobran cuatro millones de pesos mensuales (ver aparte). En Comodoro Py ya hay una causa por dádivas en que está imputado Milman. Tramita en el juzgado de Daniel Rafecas, pero el fiscal es Carlos Stornelli y a casi 20 días de iniciado el expediente no impulsó la acusación todavía.
Las facturas del diputado Milman y las incompatibilidades
La documentación fue exhibida este lunes en el programa Argenzuela que conduce Jorge Rial por C5N. La información fue provista por el periodista Mauro Federico y su colega Ivy Cangaro de Tandil. Los datos muestran una descomunal trama del dinero que mueve Milman.
Según quienes conocen las incompatibilidades de los legisladores, un diputado puede asesorar a una empresa, pero siempre que no sea del área específica de su labor parlamentaria. Y en el caso de Milman, la incompatibilidad es evidente: es integrante de la Comisión de Seguridad. De manera que asesora a una compañía que se dedica a blindajes, tiene contratos con el Estado, con el Banco Nación y la Casa de la Moneda, justamente la materia que la comisión que integra debe supervisar.
Las facturas, el auto y las dádivas
El 19 de noviembre pasado, el mismo ciclo, Argenzuela, reveló el incidente en el que otra asesora de Milman fue detenida en Palermo conduciendo con el registro apócrifo. La muchacha no tenía tampoco la cédula del automotor que la habilitaba para manejar. Todo ocurrió a la madrugada y Milman apareció en escena diciéndole a la policía de tránsito que la chica del auto era su esposa y que el vehículo era suyo. Todo resultó una mentira: la cónyugue de Milman es la legisladora bonaerense Retamoso y el Peugeot 2008 Sport es propiedad de Oliva Hermanos, con una única tarjeta azul a nombre del diputado. De por medio hubo una burda patoteada de Milman --en extraño estado-- contra la agente de tránsito, a tal punto que el fiscal César Troncoso pidió que la Cámara de Diputados evaluara su comportamiento.
Todo el episodio motivó una denuncia del abogado Yamil Castro Bianchi por el delito de dádivas, muy similar a la coima: una empresa privada de seguridad le dio el dominio de un auto, sin motivo alguno. La causa recayó en el juzgado de Rafecas, con Stornelli como fiscal. Se sabe que todo expediente requiere del impulso fiscal y eso no ocurrió hasta el momento: Stornelli pidió ratificación de la denuncia y el aporte de documentación. Se supone que el letrado aportará más elementos --incluyendo las facturas exhibidas en C5N-- este martes, con lo que Stornelli tendrá que pronunciarse.
Las facturas de Milman son raras, muy raras
Hay ocho facturas del diputado a la Metalúrgica Oliva Hermanos. El motivo es “asesoramiento en seguridad internacional”, un curioso interés cosmopolita de la empresa de blindajes.
Los valores son los siguientes:
- El 8 de agosto de 2020 por 80.000 pesos
- El 2 de noviembre de 2020 por 45.000 pesos
- El 1 de diciembre de 2020 por 45.000 pesos
- El 2 de agosto de 2021 por 110.000 pesos
- El 1 de noviembre de 2021 por 70.000 pesos
- El 1 de julio de 2022 por 242.000 pesos
- El 1 de septiembre (justito el día del atentado contra CFK) por 399.000 pesos
- El 1 de octubre de 2022 por 335.000 pesos.
En alguna parte debería figurar que, además, le pagaron dándole el Peugeot 2008 Sport que manejaba su asesora en abril de este año. Un dato llamativo, es que en los informes de mercado de Oliva Hermanos figuran una Toyota Hilux, un Mercedes Benz Accelo, una Mercedes Benz Sprinter, otra Hilux, pero no el Peugeot Sport.
Pero Milman tiene facturas más raras todavía
Dos de las facturas exhibidas por Mauro Federico llaman aún más la atención.
* El 1 de octubre de 2022 le facturó nada menos que 665.700 pesos a una joven mujer venezolana, Olga María Guerra Carias. La dirección que figura es Guatemala 91, en Tigre, más precisamente en Talar de Pacheco. La producción de Argenzuela se acercó al lugar y fotografió la humilde vivienda, situada también un barrio humilde. Son dos plantas sin terminar, con una construcción más bien precaria.
Cuando se busca a Guerra Carias en informes comerciales figura dedicada a “servicios de grabación y sonido”, pero en las fojas de los informes se suceden los colores rojo de créditos irrecuperables. De manera que la factura tiene poca credibilidad: la mujer venezolana, llena de deudas, de ninguna manera le pagó 665.700 pesos a Milman y menos todavía por el motivo que figura en el documento: servicio de diseño de seguridad.
* La otra factura asombrosa es del 1 de septiembre de este año, nuevamente la fecha en la que intentaron matar a Cristina. La factura es por 357.000 pesos por “servicios de coordinación organizativa”. El contratante de Milman fue el Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad, de la Avenida de Mayo 952. La precandidata presidencial, Patricia Bullrich, es la titular del Instituto y Milman figura entre los tres directivos más importantes. O sea, el diputado le cobró al instituto de su candidata la bonita suma de 357.000 pesos.
Un modus operandi y las hipótesis
Aquella frase de “cuando la maten estaré camino a la Costa” puso al descubierto un modus operandi: en la mesa estaba Carolina Gómez Mónaco, la exmiss Argentina que Milman designó, sin ningún antecedente, como directora de la Escuela de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad. Ni él ni Patricia Bullrich salieron nunca a explicar esa designación.
En el medio apareció el armado de un sofisticado centro de belleza, a una cuadra del Obelisco, también con fondos sin explicación, justito cuando la hermana de la exmiss Argentina estaba a cargo del dinero de Inteligencia Criminal. Y enseguida un largo listado de 34 asesores --principalmente jóvenes mujeres--, otra nómina que no mereció hasta ahora ningún comentario ni de Bullrich ni del PRO.
Las facturas sólo tienen dos explicaciones:
- Intentan justificar otra dádiva, es decir que el diputado no sólo recibía un auto sino también dinero a cambio de no se sabe qué.
- En la factura a la joven venezolana, ella parece jugar el papel de testaferro. O sea, se simula un ingreso de plata a las arcas de Milman para que este pueda explicar los ostentosos gastos que registra.
Y, por último, está la factura al Instituto de Bullrich. Es obvio que la candidata debía conocer esa movida y, como mínimo, debió averiguar que ese trabajo --si se hizo-- es incompatible con el cargo de diputado.
Todo es de gravedad extrema, con desmanejos y delitos a la vista. Bullrich y el PRO tratan de barrer la mugre bajo la alfombra. Lo corrieron a Milman de la campaña y hasta de sus labores parlamentarias. El diputado se ha vuelto impresentable hasta para la derecha argentina.