Hasta este domingo puede visitarse en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Paseo de las Artes y el río, de jueves a domingos de 16 a 20), Recuperación y derrumbe. Es una instalación de Aníbal Buede que combina y tensiona materialidades residuales con espectralidades levemente épicas, en una escena inefable llena de referencias opacas. Es además una muestra donde se pretende diluir la noción de autoría. 

Nacido en Concordia en 1959, Buede estudió arquitectura y arte en la ciudad de Córdoba, donde fue uno de los fundadores de Casa 13 y es un referente del arte contemporáneo y la gestión independiente. En su producción, a partir de materiales y nociones provenientes del arte y de otras prácticas u otras zonas de experiencia (la vida misma; la historia de la militancia política), Buede trama una red de relaciones sociales por donde esos materiales circulan y enriquecen su sentido.

Su trabajo va configurando una obra permanentemente abierta y en curso, que tiene semejanzas con el arte relacional y (si bien no es tan espectacular) con ciertas acciones autobiográficas de los Young British Artists. Opera como un director de cine independiente sin película, centrándose en el intercambio y en el devenir, creando así formas efímeras que evitan convertirse en mercancía o espectáculo.

 

A partir de "Sexo y traición de Roberto Arlt", artistas locales escribieron o dibujaron lo que les provocaba esa obra.

 

"Hay cosas que me quedaron de la arquitectura, como esta idea de pensar el espacio como la pieza y que las otras subpiezas que hay adentro o alrededor son simplemente gestos que van construyendo un gesto más grande", dice en su libro monográfico de la colección 1.330.022 etcétera, artistas contemporáneos de Córdoba (Ediciones Casa13, 2012). Al final de esa entrevista, Aníbal Buede se imagina "una exposición, grande, expansiva... una vuelta al objeto después de tanto texto". Quizás Recuperación y derrumbe sea esa exposición.

El gran espacio del CEC se expande hacia una bitácora virtual, https://recuperacionyderrumbe.wordpress.com/. Allí, además de textos de y con los curadores (Roberto Echen y Manuel Quaranta) y de Verónica Meloni, Buede subió registros de una de las acciones de la muestra, titulada Sexo y traición. Esta consistió en repartir a "operadores locales" copias de Sexo y traición en Roberto Arlt, de Oscar Masotta (que reúne ensayos escritos en 1958 y se publicó en 1965). Luego cada artista o poeta convocado escribía o dibujaba en un panel, a modo de pizarrón, lo que se le ocurriera a partir de esa lectura. Los paneles intervenidos forman una sala temporaria aparte dentro de la muestra.

 

Sebastián Joel Vargas
Operadores locales fueron convocados con una obra de Masotta.

 

"Sexo y traición fue la puesta en escena de un acto que por un lado aludía a la relación que tengo con cada uno de ellos desde hace tiempo y en distintas instancias. Por el otro, carga un sesgo de perversidad al desplazarlos de los procedimientos con los que generalmente accionan en sus prácticas, ponerlos en problemas", contó Buede a Rosario/12. "El libro de Masotta fue solo la excusa. La chispa fundacional. Los efectos colaterales con los que me topé era lo que más me interesaba. No esperaba nada en particular, lo único que les lancé como regla era que lo que hicieran fuera sin emoción. En fin, quería toparme, a partir del mismo gesto (el libro de Masotta), con los distintos tipos de abordajes particulares y cruzarlos en un espacio común, a modo de tensión entre ellos. Sexo y traición es básicamente un dispositivo de experimentación, como toda la muestra".

Sexo y traición en Roberto Arlt es un libro que se podría usar para explicar, por ejemplo, por qué ganó Macri. Ofrece una disección de la clase media porteña (¿y rosarina?) desde una sociología marxista salvaje. El artista rosarino Hernán Camoletto decidió improvisar una glosa de sus pasajes escribiendo con la mano izquierda y con los ojos vendados, sin ver lo que escribía y pareciéndose así al escritor que según Masotta fue Arlt. Camoletto debate con Masotta sobre qué categoría filosófica es "la humillación": ¿esencia o existencia? ¿Accidente o sustancia? La crítica Clarisa Appendino calcó una obra de Courbet. La artista y galerista Gabriela Gabelich rehizo una obra involuntaria de 2011 sobre la fragilidad. Para esta instancia, Buede convocó también a Inne Martino, Mercedes Gómez, Pablo Montini, Nancy Rojas, Faca Caiazza, Romina Casile, Patricia Spessot, Ernestina Fabbri, Eliana Bianchi y Federico Gloriani, que analiza un capítulo de Hijitus. "No hay mensajes ni ejes temáticos, nada se puede nombrar", advierte Buede. "Solo la disposición de nuestros cuerpos vulnerables para intentar construir nuevas narrativas a partir de la dada".

 

"No hay mensajes ni ejes temáticos, nada se puede nombrar", advierte Buede. "Solo la disposición de nuestros cuerpos".

 

En la instalación central colaboraron artistas (Gloriani, Lucas Aguirre, Luciano Burba, Maxi Peralta, Andrea Fernández, Nina Kovensky, Anahí Cáceres, Luciana Martínez, Fabián Urban, El Pelele y otros) que le confiaron obras suyas a Buede para que hiciera lo que quisiera con ellas. Un almohadón, obra de Pablo Peisino, fue atravesado por Aníbal con un sable. A un oso gigante de peluche, obra de Cristian Tula, le pasan otras terribles desgracias. Para una foto de los integrantes de Casa 13 por Nicolás Balangero, Aníbal Buede elaboró una casa de madera que podría ser un santuario mágico. A su alrededor distribuyó un mapa en papel vegetal, basado en los diez sefirot o zafiros místicos de la Divinidad del Árbol de la Vida en la Cábala. El mapa envía a puntos como "Baró Cutró" (referencia al nodo de artes que integraban Paula Baró y Cristian Cutró) e incluye la foto de Sol y Luna, una de las últimas obras de la artista Liliana Maresca, cuya estética del residuo y cuya poética de las relaciones resuenan aquí como una inspiración.

Jorge Castro, quien hace net‑art en Córdoba desde 1994, colaboró en la creación de un dispositivo que combina registros de otra obra con registros en video en tiempo real tomados con una cámara de vigilancia instalada afuera del CEC, mirando al río Paraná. La gente del equipo de producción del CEC trabajó aportando cosas como un bote, que luego Buede intervino. La muestra se relaciona también con otra obra a través de la proyección (sobre una pantalla que la deconstruye) de la última foto del fundador de las Fuerzas Armadas Peronistas, Envar El Kadri, que le dio la madre del militante a Buede, quien lo conoció personalmente y que desde comienzos de este siglo recibe también (sin habérselo propuesto) materiales sobre Rodolfo Walsh y Diana Triay; así fue construyendo una obra en curso titulada RED. Una coincidencia: mañana se cumplen 19 años del día en que murió El Kadri.