El directorio de YPF buscará aprobar esta semana el presupuesto que la petrolera ejecutará en 2023 con un plan de inversiones que superará los US$ 5.000 millones, en un año en el que no se descarta vuelva a buscar financiamiento en el mercado internacional para encarar sus nuevos proyectos.
Fuentes de la empresa precisaron, según señala un artículo de la agencia
Telam que firma Ignacio Ortiz, que el directorio de la compañía está citado para el próximo jueves, con la expectativa de que se apruebe un plan de inversiones que podría alcanzar hasta los US$ 5.500 millones, es decir más de un 30% superior a los 4100 millones con los que cerraría 2021.
De cumplirse, YPF estará en condiciones de proyectar uno de los dos presupuestos más altos de su historia, muy similar al que llevó adelante en 2015, dando continuidad al proceso de incremento de producción y de reducción de compromisos financieros con los que cerrará el presente año.
Esta definición deberá contemplar las necesidades de financiamiento que tendrá el incremento de la producción de gas y petróleo no convencional de Vaca Muerta, el de sus operaciones convencionales, el aporte específico a las necesidades del Plan Gas IV con la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner o la continuidad de la modernización de las refinerías de La Plata, Luján de Cuyo y Plaza Huincul.
De acuerdo a la proyección de producción que se estima, YPF cerrará 2022 con un alza de 9% interanual. Esto le permitirá a la petrolera alcanzar el autoabastecimiento de sus refinerías hacia abril o mayo próximos, a partir de lo cual la empresa se embarcará en el desafío de posicionarse como un nuevo exportador de crudo hacia el segundo semestre.
La conducción de la compañía también tiene interés en avanzar en 2023 en un plan exploratorio de la formación D-129, en la Cuenca del Golfo San Jorge, provincia de Chubut, donde hay grandes expectativas de recursos no convencionales, los más importantes luego de la Cuenca Neuquina.
También hay expectativa de poder anunciar en breve su plan de exploración para Santa Cruz, tanto en yacimientos convencionales como no convencionales.
Pero el año próximo, YPF desea avanzar con otros dos grandes proyectos, la planta de producción de Gas Natural Licuado (GNL) en la zona portuaria de Bahía Blanca, y el lanzamiento del denominado oleoducto Vaca Muerta Sur, un plan netamente exportador desde las costas de Río Negro.
En el caso de la planta licuefactora que define con su socia, la petrolera estatal malaya Petronas, se espera para el primer trimestre lograr las condiciones de inversión necesarias para abrir el proyecto a nuevos actores para acelerar las inversiones iniciales, estimadas en unos US$ 10.000 millones.
En el caso del Oleoducto Sur, la idea es lanzar el proyecto en el primer trimestre del año, con Chevron como socio recientemednte anunciado y la posibilidad de sumar otros inversores. Este proyecto prevé el tendido de un oleoducto de 700 kilómetros desde Vaca Muerta, la construcción de un sistema de tanques en las costas de Punta Colorada en Río Negro y de una terminal portuaria que, con una capacidad de 360.000 barriles diarios, se podrá convertir en la más grande del país.
Como consecuencia del desarrollo del presupuesto 2023, la petrolera podría salir al mercado internacional para colocar deuda con la que financiar parte del plan de inversiones, tras dos años desde su reestructuración de bonos, destacaron siempre las mismas altas fuentes.
La eventual emisión de deuda, sería la primera desde que en 2021 reestructuró unos US$ 2.100 millones. Aquel reperfilamiento de compromisos en dólares le permitió extender los horizontes de vencimientos a lo largo de la década y reducir el pasivo en unos US$ 1.700 millones.
La compañía se apresta a cerrar este año con el salto de producción más alto de los últimos 25 años, tras haber registrado en el último trimestre un crecimiento del 78% en la producción de gas y del 50% en petróleo no convencional.