La Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género (DNEIyG) publicó el informe: "El costo de cuidar: las brechas de género en la economía argentina (1er trimestre de 2022)", que presenta un panorama de la situación económica de las mujeres en la Argentina.
Los cuidados sostienen toda la vida social y productiva de un país y del mundo, pero su organización es históricamente desigual: las mujeres realizan las tres cuartas partes de las tareas domésticas y de cuidados y les dedican, en promedio, 6,5 horas diarias, casi 3 horas más que las que dedican los varones (INDEC, 2022). Esta desigualdad se incrementa entre madres y padres, en lo que se denomina “penalización por maternidad”: por motivos que no son el nivel educativo y la experiencia laboral previa, las madres perciben, por hora, un salario 33,7% menor que los padres.
El documento incluye un set de indicadores de brechas (de tiempos y cuidados, laborales y de segregación horizontal, de ingresos) y un apartado específico sobre la penalización por maternidad. Además, recoge las principales políticas que contribuyen a reconocer, redistribuir y reducir el tiempo de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y mejorar las condiciones de las ocupaciones relacionadas a la economía de los cuidados.
El informe recopila además los avances en materia laboral y de ingresos de las mujeres, así como los desafíos pendientes. En el último año, los niveles de empleo, actividad y desocupación de las mujeres mejoraron sensiblemente. En el primer trimestre de 2022, la tasa de actividad fue 1,2% más que un año atrás; la tasa de empleo de las mujeres creció 3,0% y la tasa de desocupación de las mujeres fue 4,0% más baja. Además, la brecha de empleo disminuyó 2,2%.
Sin embargo, la distribución del trabajo en la sociedad sigue marcada por una segregación horizontal que reproduce roles de género: los varones se insertan más en las ramas de actividad más dinámicas y estratégicas desde el punto de vista salarial y de empleo formal; las mujeres, en cambio, tienen mayor participación en los sectores relacionados con los cuidados y servicios sociales.
Además, casi 4 de cada 10 mujeres trabajan en actividades relacionadas con los cuidados (trabajo doméstico, enseñanza, servicios sociales y de salud). En estas ramas, el nivel de formalidad es mayor. Por lo tanto, esta desigualdad se traduce en un menor acceso al sistema previsional: sólo el 12,1% de las mujeres en edad jubilatoria (entre 55 y 59 años) cuenta con más de 20 años de aportes. En los varones, este porcentaje asciende a 25,5%. Además, 7 de cada 10 personas que perciben las jubilaciones mínimas son mujeres.