La actriz británica Kate Winslet interpreta a una líder guerrera Na’vi en la secuela de la megataquillera Avatar, en lo que marca el reencuentro un cuarto de siglo después con el realizador canadiense James Cameron, con quien prácticamente había jurado no volver a trabajar tras su experiencia en el set de Titanic.
“Tanto Jim como yo hemos evolucionado y crecido mucho como personas, y ojalá también como artistas”, apuntó la actriz ganadora del Oscar a mejor actriz por El lector (2008) sobre cómo había hecho a un lado los recuerdos negativos sobre el tipo de liderazgo que el realizador proponía en el set en los '90 cuando este la invitó a sumarse a Avatar: El camino del agua, que llega este jueves a las salas.
No es un secreto que el también director de Terminator (1984 y 1991) y Aliens (1986) administraba el plató y a todos los departamentos involucrados en sus filmes con un temperamento dictatorial. Pese al cariño mutuo y al éxito que luego tendría, Winslet había llegado a declarar durante la promoción de la película que deberían pagarle “mucho dinero para trabajar con Jim otra vez”.
“Me llamó él directamente y me dijo ‘quiero hablar con vos sobre este personaje’ (de Avatar 2). La describió, quería que supiera lo importante que era como madre, como personaje de la historia, la líder de una tribu, esta guerrera, esta diosa, y lo poderosa que había imaginado que sería, y luego me envió el guion. Me había encantado la primera película, así que no lo dudé”, planteó Winslet acerca de cómo Cameron la tentó para incorporarse a la saga.
Avatar: El camino del agua está ambientada una década después de los sucesos de la primera película, y retoma la historia de Jake Sully y Neytiri (Sam Worthington y Zoe Saldaña), ahora padres de cuatro hijos. Luego de que Jake se hiciera amigo de los nativos Na’vi de la luna de Pandora y los ayudara a expulsar a los colonizadores humanos, él mismo transfirió su conciencia a su avatar (su cuerpo Na’vi) para vivir con ellos de manera definitiva. Diez años después, los invasores están de vuelta dispuestos a todo para apropiarse de los recursos naturales del planeta y la familia Sully busca asilo con otra tribu, aunque los problemas los seguirán adonde vayan.
La propuesta sube la vara en términos de registro visual y efectos especiales, y James Cameron impulsó el desarrollo de tecnologías de filmación que lo ponen, una vez más, en la vanguardia del cine-espectáculo que, en tiempos de crecimiento de los consumos hogareños, solo puede ser apreciada de manera completa en salas. Coproducida por Jon Landau, y coescrita por Cameron, Rick Jaffa y Amanda Silver, la saga trae de vuelta a Sigourney Weaver y Stephen Lang, e incorpora a figuras de la talla de Winslet, Cliff Curtis, Edie Falco y Jemaine Clement, entre más.
-¿Cómo es Ronal, tu personaje? ¿Qué papel juega en esta nueva fase de la historia?
-Jake y Neytiri buscan refugio con la gente del agua, con la tribu Metkayina, y Ronal es la líder femenina de esta tribu que vive sobre y en el agua. Son unos Na'vi levemente diferentes: tienen un tono de azul distinto, tienen brazos más gruesos y la cola más ancha, para atravesar el agua con velocidad y con mayor poder. Y Ronal es la matriarca. En definitiva, es la persona que decide lo que pasa con su familia y con su pueblo. Es compasiva, lidera con el corazón, con la verdad. Y claro, aparece Neytiri, que también es una matriarca poderosa. Y no se puede tener dos matriarcas, entonces hay algunos problemas entre las dos. Me encanta esa dinámica porque ambas son mujeres y madres que no se detendrán ante nada para proteger a las personas que aman.
-¿Es cierto que aprendiste a contener la respiración por más de siete minutos para este papel?
-Sí, porque cuanto más tiempo puedas contener la respiración, más tiempo vas a poder actuar bajo el agua, y eso significa que tenés más oportunidades como intérprete para explorar diferentes ideas. A veces pueden suceder cosas mágicas cuanto más tiempo pasa y más profundo entrás en una escena. Entonces, así como cuanto más se prolongue la toma en tierra firme, más interesante puede volverse a veces, es exactamente lo mismo en el agua: cuanto más dura la toma, más interesante puede verse, sentirse y evolucionar.
-Pero no es peligroso…
-Hay que respetar el agua. Antes que nada, aprendimos los procedimientos de seguridad, y teníamos expertos. Cada actor tenía dos buzos de seguridad, cada camarógrafo submarino también tenía buzos de seguridad, así que a veces éramos muchos en el tanque (de agua en el que se filmó). Si lo hacés bajo supervisión y con la enseñanza adecuada es algo seguro.
-Esta fue tu primera vez trabajando con la técnica de captura de movimiento. ¿De qué manera dirías que ese elemento extra te desafió como actriz?
-Bueno, me encanta aprender algo nuevo. Estar en el escenario es totalmente diferente a estar frente a una cámara de cine, actuar en el agua es diferente a actuar en tierra firme y, a su vez, la captura de movimiento es muy diferente a todo los demás. Pero en cierto modo es una forma muy pura de actuación, porque las cámaras captan todo. Tenés un casco con una cámara adosada que está justo en frente de tu cara todo el tiempo, así que realmente no podés ocultar nada. Se ve cada cosa: toda tu vulnerabilidad, cada diminuto músculo facial, cómo se mueven tus globos oculares, incluso la forma de tus dientes, así que tenés que comprometerte de verdad a dar todo en esa interpretación para que pueda recrearse en tu personaje Na'vi y que los técnicos tengan mucho con lo que trabajar.
-¿Cómo fue volver a trabajar con Cameron?
-Fue realmente extraordinario volver a trabajar con Jim después de tantos años. Tanto él como yo hemos evolucionado y crecido mucho como personas, y ojalá también como artistas. Cuando trabajás con un director que también ha escrito el guion, y le encanta y se preocupa tanto como él, la sensación como actriz cuando llegás a un entorno como ese es que realmente querés hacer un buen trabajo, ser respetuosa, comprometerte y colaborar con los otros actores. Ellos crearon este mundo hace trece años, así que estaba nerviosa al entrar porque no podía imaginar cómo iba a encajar ahí, pero fueron muy acogedores y fue una experiencia maravillosa.
-Estas películas abordan temas como el imperialismo, el racismo, la ecología. ¿Cómo ayudan historias como esta a poner estos temas en agenda y, en última instancia, generar cambios?
-Como artistas, en estos días tenemos la oportunidad de entretener pero también la posibilidad y, a veces la responsabilidad, de usar nuestras voces de manera inteligente, y creo que estamos viviendo en una época en la que estos temas son increíblemente importantes. Son parte de una conversación en constante desarrollo, y el hecho de que los jóvenes puedan entrar en este espacio y ver este debate creo que mantiene esas conversaciones vivas, evolucionando y sí, con suerte, podemos impulsar un cambio. No somos genios, no tenemos una varita mágica, pero cuando sos un artista y a veces podés encender debates o crear un ambiente que haga que la gente piense diferente o sienta que puede hablar o agregar algo, eso es importante. Y Jim Cameron ha creado un mundo que proporciona el espacio para que las personas tengan estas conversaciones.
* Télam