El cambio de rumbo regional que significa la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil se notará para la Argentina hasta en los primeros gestos diplomáticos. Lula anunció que recuperará la tradición de realizar la primera visita internacional a la Argentina, será el 24 de enero para participar junto al presidente Alberto Fernández de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Así lo anunció durante una conferencia de prensa el futuro canciller Mauro Vieira.
El saliente presidente Jair Bolsonaro había quebrado con esa tradición. Tras su asunción el 1 de enero de 2018, el ultraderechista eligió viajar como primer destino a Chile, donde fue recibido por el entonces mandatario Sebastián Piñera, siguió por Estados Unidos y luego viajó a Israel. En esa visita a suelo israelí, Bolsonaro rompió con otro tradición diplomático: fue el primer presidente en visitar el Muro de los Lamentos con un primer ministro de Israel, entonces Benjamin Netanyahu.
El jefe de Estado brasileño no solo no eligió la Argentina como primer destino internacional sino que su ministro de Economía, Paulo Guedes, decía sin problemas que el Mercosur no sería prioridad durante el mandato del ultraderechista. Bolsonaro pisó el país recién en junio de 2019 y lo hizo para respaldar la candidatura presidencial de Mauricio Macri: “No queremos nuevas Venezuelas en la región”, dijo entonces.
Esa posición geopolítica también será diferene a partir de la llegada de Lula al Palacio de la Alvorada. Según anticipó este miércoles Vieira, a partir del 1 de enero, el electo presidente reconocerá al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y reabrirá la embajada en Caracas.
En 2019, el Gobierno de Bolsonaro, en alianza con el Estados Unidos de Donald Trump y la Colombia de Iván Duque, había roto relaciones con Venezuela y reconocido como presidente al diputado opositor Juan Guaidó.
El futuro canciller brasileño, al explicar los objetivos y el rumbo de la política externa del líder del Partido de los Trabajadores (PT), dijo que la agenda del primer trimestre de Lula en el gobierno también tendrá a China y Estados Unidos, los dos principales socios comerciales de Brasil. "Queremos volver a tender puentes con los vecinos sudamericanos", enfatizó Vieira.
Según explicó Vieira, Lula había planificado visitar Argentina, tercer socio comercial de Brasil y principal socio del Mercosur, durante diciembre, antes de la asunción, pero por cuestiones de agenda el viaje será realizado en forma oficial ya como presidente.
La relación de Lula con la Argentina
El 31 de octubre, un día después de la victoria de Lula ante Bolsonaro en el balotaje más disputado de la historia (50,9% contra 49,1%) el presidente Fernández viajó a San Pablo para reunirse con el mandatario electo , a quien felicitó y recordó haberlo visitado en prisión en Curitiba en 2019, cuando el exsindicalista cumplía una condena por corrupción que luego fue anulada por persecución política y manipulación de pruebas.
El presidente Fernández será uno de los al menos 17 jefes de Estado y de Gobierno extranjeros que estarán presentes en la ceremonia de asunción del 1 de enero y será saludado por Lula en el Palacio de Itamaraty, luego de jurar en el Congreso y recibir la banda presidencial en el Palacio del Planalto.
Cuando venció en las elecciones de 2002 por primera vez, Lula había realizado el primer viaje a Buenos Aires a inicios de 2003, cuando el presidente era Eduardo Duhalde. "Lula me pidió llevar nuevamente a Brasil a la escena internacional", subrayó el futuro ministro de Relaciones Exteriores durante una conferencia de prensa en el Centro Cultural Banco do Brasil, en Brasilia, el centro de operaciones de los equipos técnicos y políticos de la transición de gobierno.
A partir de mayo de 2003, Lula estableció una estrecha relación con el entonces presidente Néstor Kirchner, recordada por la alianza que establecieron con el mandatario venezolano Hugo Chávez para bloquear la propuesta del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en Mar del Plata, en 2005.
Un año antes de aquella cumbre, el 30 de noviembre de 2004, Kirchner y Lula celebraron el "Día de la Amistad Argentino-Brasileña" como conmemoración del encuentro mantenido ese día en 1985 entre los entonces presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú, paso previo a la conformación del Mercosur.
"La política a ser implementada es reconstruir puentes con nuestros vecinos sudamericanos estableciendo todos los mecanismos de contacto y negociación, luego ampliar ello a América Latina en general y retomar las relaciones de solidaridad y cooperación con África", sostuvo Vieira en la conferencia de este miércoles.
Así, Lula sostendrá relaciones "intensas, productivas, equilibradas y soberanas" con Estados Unidos, China y la Unión Europea (UE), por eso el acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE, sellado en un principio en 2019, también estará en el radar de la diplomacia brasileña bajo el lulismo.
Pero volverá a acercar a Brasil a foros como la Celac y la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), que fueron dejados de lado por la diplomacia brasileña tras la caída de Rousseff en 2016 y la asunción de los presidentes Michel Temer y Bolsonaro.
"Esta nueva aproximación será con una nueva mirada, porque el mundo cambió, tendremos una mirada nueva y constructiva basada en la solidaridad latinoamericana y buscando la cooperación con los países en desarrollo", aseguró el futuro canciller brasileño.