La presidenta Dina Boluarte, que asumió hace una semana luego de la destitución de Pedro Castillo, anunció un nuevo adelanto de las elecciones presidenciales y parlamentarias. Según esta propuesta, las elecciones se realizarían en diciembre de 2023. Pero esto tendrá que ser aprobado por el Congreso. Boluarte hizo este anuncio en medio de las protestas sociales que, al grito “que se vayan todos”, exigen el cierre del desacreditado Congreso controlado por la derecha que destituyó a Castillo, y nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales. Las protestas han sucedido en buena parte del país con más intensidad en las zonas andinas y han dejado siete muertos.
Hace unos días, Boluarte ya había anunciado el adelanto de las elecciones -debían realizarse en 2026- para el mes de abril de 2024, pero eso no calmó las protestas, que exigen un plazo más corto para cambiar a un Congreso con un rechazo superior al 80%, y al gobierno que ha reemplazado al de Castillo. Jaqueada por las calles, la nueva presidenta hizo este miércoles el segundo anuncio de un adelanto de elecciones. Ante las demandas de elecciones inmediatas, dijo que legalmente no era posible hacerlas antes de diciembre de 2023. Aclaró que acelerar los cambios constitucionales que se requieren para poder realizarlas en esa fecha, no depende de su gobierno sino del Congreso.
La presidenta agregó que legalmente, los tiempos para elecciones adelantadas calzarían para abril de 2024: "sin embargo, haciendo reajustes, se puede adelantar para diciembre de 2023. Antes de esa fecha, hermanos y hermanas que dicen adelanto de elecciones, técnicamente, legalmente, no calzaría. Los peruanos de bien, las hermanas y hermanos, tenemos que mantenernos y caminar dentro del marco legal, dentro de la Constitución, salirse de esos marcos ya se convierte en ilegal. Como presidenta tengo que ser responsable y decir que es en estos tiempos (diciembre 2023), que no dependen de mí, sino del Congreso y del ente electoral, que se pueden llevar a cabo las elecciones. Mantengamos la calma. El Perú no puede desbordarse en sangre”. Las protestas continuaron después de este anuncio.