En medio de la ola de frío polar, el subsecretario de Fortalecimiento porteño, Maximiliano Corach, debió admitir que la población de personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires aumentó, en el último año, de 866 a 1066. El reconocimiento no llegó acompañado de nuevas políticas para afrontar la problemática. Corach aseguró que la mejor manera de ayudar es llamar a la línea 108, del programa Buenos Aires Presente (BAP). Distintas organizaciones sociales criticaron el número reconocido oficialmente por el oficialismo. “Este aumento del 23 por ciento para nosotros es mucho mayor. La política económica del macrismo ha producido que la Capital, que es el distrito más rico del país, no tenga políticas coordinadas para dar una solución integral”, sostuvo Cecilia Segura, presidenta de la Auditoria General de la Ciudad.
En medio de la ola polar de frío que azota a varias provincias y a dos días de que se presente el primer Censo Popular de Personas en Situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires –realizado por más de 50 organizaciones sociales en los 46 barrios porteños– el subsecretario de Fortalecimiento porteño dio a conocer las cifras del relevamiento anual de las personas en situación de calle realizado por el BAP. En declaraciones a Radio con Vos, aseguró que el censo oficial del 2016 había tenido “controversias”, por lo cual éste último se hizo junto con la Defensoría del Pueblo y la Asesoría Tutelar de Menores. En lo concreto, Corach –hijo del ex ministro del Interior de Carlos Menem– reconoció que este año, 200 personas más viven en la calles de la Capital. En total, según las cifras oficiales, 1066 personas se encuentran en situación de calle.
Por su parte, Corach advirtió que entre el 1 de junio y el 31 de agosto “la Ciudad fortalece y redobla la apuesta en la capacidad de respuesta y contención”, y puntualizó que el BAP, en primera instancia, ofrece a los sin techo “ir a un parador, y si no acepta, se les deja una frazada, un plato de comida caliente y un kit de frío compuesto por gorra, bufanda, guantes, medias y una vianda seca”.
Las críticas al subsecretario no tardaron en llegar. Horacio Ávila, director de la organización que asiste a personas en situación de calle Proyecto 7, expuso que la cifra oficial es “insignificante y ridícula”. “Esta bien que el gobierno reconozca que hubo un incremento en este último año, porque efectivamente lo hubo. Pero siguen invisibilizando a miles de personas que por ley se denominan en situación de calle”, declaró Ávila a este diario. Hace siete años, la Legislatura porteña sancionó una ley (Nº 3076) que estipula aquella definición “a todos los hombres o mujeres adultos/as o grupo familiar, sin distinción de género u origen que habiten en la calle o espacios públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en forma transitoria o permanente y/o que utilicen o no la red de alojamiento nocturno”. Dos meses atrás, en medio de la recorrida del primer censo popular de personas en situación de calle, una trabajadora del BAP –cuya identidad prefirió reservar– reconoció a este diario que “en el censo oficial la cifra está configurada de antemano”.
Por su parte, la presidenta de la Auditoria General porteña apuntó contra las (nulas) medidas que adopta el gobierno de la Ciudad. “Como no hay política habitacional que atienda las necesidades de las personas que están en la calle o de las que están en riesgo serio de quedar en la calle, no hay ninguna posibilidad de acceder a una solución definitiva. Entonces, las personas quedan en dispositivos que son transitorios, pero que se vuelven permanentes”.