La fiscal Georgina Paiorola y el fiscal Matías Edery pidieron una condena a prisión perpetua para Juan Antonio Bracamonte, acusado de asesinar a su pareja Marisa Alejandra Molina el 24 de marzo de 2020, cuando le disparó en la cabeza mientras dormía, en la casa que copartían en Villa Gobernador Gálvez. En el juicio oral y público que comenzó ayer, el tribunal integrado por Mariano Aliau, Carlos Leiva y Gustavo Pérez Urrechu será el encargado de determinar el contexto en que se produjo el femicidio.
La defensa del acusado no discutirá la autoría del hecho ni la relación que los unía, sino las circunstancias en que se produjo y los agravantes penales que la fiscalía le atribuye a Bracamonte. Es que Fiscalía pidió que se lo condene por los delitos de prisión perpetua como autor de homicidio triplemente calificado: por el vínculo, por alevosía y por haber sido cometido en contexto de violencia de género.
Por su parte, la defensora Martina Guirado alegó que no hubo alevosía ni femicidio sino que no estaba en pleno uso de sus facultades mentales, por lo que requirió que se le imponga una pena temporal razonable, proporcional y adecuada a su teoría del caso.
Los fiscales anticiparon que los testigos demostrarán la violencia de género que padecía la víctima. Su familia dará cuenta de que “la mató porque no podía cambiarla” y que ella misma lo llamaba “mi carcelero”, además de las limitaciones que sufría cuando quería realizar sus actividades diarias o juntarse con amigos. Por su parte, la defensa también alegó que cuenta con pruebas de que no es una persona violenta sino cercano y cariñoso a sus hijos y personas de su entorno.