Desde París

Los enormes recursos financieros de Qatar no solo le sirvieron para comprarse a la FIFA y al fútbol mundial, sino que también atravesaron una de las instituciones más prestigiosas y quisquillosas de la Unión Europea: el Parlamento Europeo, con sede en la ciudad francesa de Estrasburgo. Gran timón moral de la Unión, adepto a los premios a los derechos humanos y a la distribución de buenos y malos puntos a los gobiernos del planeta, el europarlamento está envuelto en el llamado “Qatargate”, mediante un Estado extranjero (Qatar) que intentó, a cambio de dinero, que se votaran leyes en el Parlamento a favor de sus intereses. Se trata de un impensable caso de corrupción que involucra a una de las vicepresidencias de la eurocámara y a otras ocho personas más –por el momento. 

Las investigaciones más duras recayeron en la vicepresidenta griega (desde 2014), la socialista Eva Kaili, hoy detenida en Bélgica, al igual que el ex eurodiputado socialista Pier Antonio Panzeri, actual director de la ONG Fight Impunity (combate a la impunidad), el asistente parlamentario Francesco Giorgi –compañero de Kaili- y el responsable de la ONG No Peace Without Justice, Niccolo Figa-Talamanca. Todos estos personajes arrestados en las últimas horas no pertenecen a la derecha sino al grupo socialdemócrata del Parlamento europeo (S&D), lo mismo que los eurodiputados belgas Marc Tarabella y Marie Arena y los italianos Pietro Bartolo y Andrea Cozzolino, igualmente implicados en el Qatargate y hoy suspendidos. 

Luca Visentini, secretario general de la Confederación Sindical Internacional (ITUC) también aparece en la trama. La ITUC revindica la filiación de 32 organizacione sindicales y 200 millones de miembros en 163 países. En suma, una buena parte del socialismo moderado europeo (o convertido a la moderación) tenía los bolsillos llenos de billetes qataríes. Según el diario belga Le Soir, el asistente parlamentario y pareja sentimental de Kaili, Francesco Giorgi, admitió que Qatar y también Marruecos habían montado esta trama “para influir en las políticas europeas”. La líder del grupo S&D en la eurocámara, Iratxe García, reconoció que todavía “no sabemos si habrá otros implicados”. El eurodiputado socialdemócrata alemán René Repasi dijo temer que “todo esto no sea sino apenas el principio. Creo que sólo estamos viendo la parte más alta del iceberg”.

La historia comenzó hace un rato, pero recién explotó hace un par de días y dio lugar no sólo a las detenciones sino además a una extensa serie de perquisiciones en Bruselas y Estrasburgo al final de las cuales se encontraron poco más de un millón y medio de euros. Como es ya sabido, los arreglitos debajo de la mesa le permitieron a Qatar quedarse con la Copa del Mundo 2022 luego de haber sobornado a medio planeta. Lo qataríes pagan muy bien. Con el dinero echaron por tierra el prestigio de un Parlamento Europeo en el seno del cual varios miembros se vendieron a Qatar para cambiar algunas de las políticas de los Estados miembros, en particular el régimen de las visas exigidas por la UE a los qataríes. 

Contactos y contratos

Francesco Giorgi señaló como jefe de este montaje al antaño eurodiputado socialista y actual director de la ONG Fight Impunity, Pier Antonio Panzeri, en cuyo domicilio la policía encontró 600.000 euros en efectivo. Panzeri aparecía como un hombre de izquierra noble, defensor de que la izquierda mantuviera un perfil ideológico puro. En 2017 se unió el movimiento democrático y progresista italiano Articulo Uno, creado ese mismo año a partir de una escisión del Partido Demócrata. En 2009, cuando aún era parlamentario, ingresó en la Comisión de Relaciones exteriores del Parlamento europeo y se ocupó de las relaciones con el Magreb. De allí sus contactos fuertes con el nuevo país implicado, Marruecos. Antonio Panzeri fue una figura fuerte de la izquierda de Milano. En Estrasburgo, ocupó tres asientos  legislativos consecutivas y hasta llegó a presidir la subcomisión de los derechos humanos. En 2019 fundó su ONG Combate contra la impunidad y dejó de lado su actividad parlamentaria. La impunidad que combatía con las palabras le hacía ganar más plata que el Parlamento europeo. En 2021, según documentos de la Fiscalía, su familia se gastó cien mil euros durante las vacaciones. El otro hombre clave sería Andrea Cozzolino, quien preside la delegación parlamentaria para las relaciones con el Magreb.

El ensayista y eurodiputado francés Raphaël Glucksmann, copresidente de la delegación francesa del S&D, dijo ayer que “ha llegado la hora de ir más lejos en el seno de nuestro propio grupo y fuera del grupo mediante una comisión investigadora encargada de esclarecer este caso”. El Euro parlamento parece hoy un edificio desvastado, sobre todo el ala socialista y social demócrata implicada en este asunto de sobornos. ”Me he sentido traicionado”, dijo ayer Jens Geier, el jefe de los diputados social demócratas alemanes. 

De golpe, y pese a las evidencias sobre la ligereza de su funcionamiento, el Parlamento Europeo se cayó en plena realidad cuando el pasado viernes 9 de diciembre la griega Eva Kaili fue detenida y empezaron a subir las hediondas aguas en las que navegaba secretamente: la vicepresidente en la cárcel junto a un ex eurodiputado, otros investigados o detenidos por “presunta organización criminal”, bolsas repletas de dinero, todos los ingredientes de una trama negra se fueron combinando para desembocar algunos días más tarde en el escándalo más espantoso en que aparece implicada una de las instituciones europeas mostradas como ejemplo europeo en lo que atañe la moralidad política.

Corruptelas 

Y sin embargo, el parlamento de Estrasburgo ya arrastraba enormes contradicciones entre su misión, sus retoricas de santo monaguillo y su manera distraída de funcionar. El lobby y el conflicto de intereses siempre rondaron las escalinatas de Estrasburgo y ello prácticamente sin control anticorrupción alguno. Por ejemplo, sus miembros podían ser al mismo tiempo eurodiputados y consultores privados, a menudo de los grupos sobre quienes habían llevado a cabo informes. Un diputado o un comisario europeo (miembro de la Comisión Europea) podía pasar a trabajar al final de su mandato en empresas del sector sobre el cual había investigado. Tampoco existen reglas sobre las agendas donde se dicte la obligación de informar sobre las citas o contactos con los representantes de otros países. A este embrollo de corruptelas se le pega otro sin sentido: los partidos de la ultraderecha que ingresan Parlamento Europeo lo hacen para combatirlo.

En suma, por primera vez en su historia, el euro parlamento sale ensuciado por uno de los deslices más deshonrosos que puedan existir: corrupción para beneficiar a un país extranjero.

Otros escándalos

Ya habían saltado a la luz otros escándalos, pero estos no comprometían a la institución en si sino a los europarlamentarios que se habían aprovechado de las bondades financieras del euro parlamento. Entre tantos casos similares, figura la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen. Un informe de la oficina contra el fraude de la Unión Europea la acusa de haber desviado personalmente unos 140 mil euros durante los 13 años en los que fue eurodiputada. Un total de 25 eurodiputados de su partido (Reagrupamientos Nacional) y asistentes parlamentarios están salpicados por este caso y otros más. El partido de izquierda radical Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon aparece también en un asunto similar. Sin embargo, nunca antes había surgido una confabulación que incluía las acciones de un Estado (en este caso Qatar) para que, mediante dinero, se modifiquen las leyes europeas en su conveniencia. La vicepresidenta Eva Kaili perdió su mandato y también fue suspendida del partido socialista griego Pasok. 

Las fotos mostradas por la policía belga muestran las enormes cantidades de dinero encontradas en los domicilios de los diferentes acusados. Todos parecen sorprendidos y a nadie les llamó la atención las posiciones pro qataríes de Eva Kaili. Antes del Mundial qatarí la vicepresidente del Parlamento europeo viajó a Doha. Allí hizo un absurdo elogio sobre una de las debilidades más conocidas de Qatar, es decir, la protección de los derechos de los trabajadores. “Catar es un líder en derecho laboral”, dijo Eva Kaili. Luego, el 22 de noviembre, en el Parlamento europeo, dijo: “Hoy, la Copa del Mundo en Qatar aporta la prueba concreta sobre la manera en que la diplomacia deportiva puede desembocar en una transformación histórica de un país cuyas reformas inspiraron al mundo árabe”.

La defensa pasiva en materia anticorrupción le costó muy cara al Parlamento Europeo. A su vez, Qatar, en plena euforia mundialista, se disparó en el pie con este escándalo. Doha ha desmentido estar envuelta en este lío, pero la verdad es otra. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, opinó sin reservas que “se trata de un ataque contra la democracia”. Un ataque entre sombras cuya gran lección consiste también en apuntar hacia la amenaza que representan para la democracia esas monarquías del Golfo Pérsico cuyo dinero puede comprar desde el deporte más popular del planeta hasta personajes influyentes del Parlamento Europeo.

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