Cuando se quedó sin lugar para escribir, Rosario/12 le abrió la puerta de la contratapa y durante mucho tiempo, Gary Vila Ortiz -el hombre de la memoria inigualable‑ despuntó el oficio de escribir y recordar. Escribió tanto y bueno que un día decidió recopilar las primeras noventa y siete contratapas en un libro que se llamó Estructuras imposibles (Fundación Ros).
"En estos últimos meses -escribió en el Rosario/12, mucho tiempo después de publicarse el libro recopilatorio‑ he estado recorriendo librerías de viejo en donde la buena suerte me ha deparado encontrar gente a quienes ahora considero amigos y amigas. En esas librerías, no en la misma, he encontrado cinco ejemplares dedicados de un libro mío, Estructuras imposibles. El libro tenía una tapa de Jorge Vila Ortiz y dibujos de Roberto Fontanarrosa que, como insinuó algún diario, eran lo mejor del libro, opinión que comparto con plenitud. Creo, por otra parte, que nunca agradecí lo suficiente esa desinteresada colaboración del Negro, cuyos dibujos son muy diferentes a la parte más conocida de su obra".
Fontanarrosa también fue otro de los colaboradores que tuvo Rosario/12. Empezó a escribir la columna "Desde El Cairo", en 1990, luego de una breve y exitosa operación de convencimiento de su director, Pablo Feldman. Fue un juego divertido de ficción, un rincón apropiado para la mentira y una linda ejercitación en el delirio.
Cuando el Negro murió, Gary apeló al espacio del diario para recordarlo: "Fontanarrosa nos hizo una broma de humor negro al mandarse a mudar tan temprano. Pero claro, era tan sólo la muerte la que podía sacarlo de Rosario, como la mejor respuesta para darles a quienes siempre le preguntaban el por qué seguía viviendo acá. Pero los necios no comprenden que alguien pueda elegir Rosario para vivir. No pertenecí al grupo selecto de la mesa de El Cairo, pero lo quería entrañablemente y creo que él me apreciaba. Siempre le agradeceré, y nunca lo suficiente, los dibujos para Estructuras imposibles".
Gary -como todo el mundo lo llamaba‑ murió el 18 de enero de 2014. Tenía 78 años. Algunos de los dibujos que el Negro Fontanarrosa cedió para ilustrar el libro -los que remiten a la música y la literatura, en este caso‑ se exponen por primera vez en la muestra que inaugura hoy (ver aparte). Más de uno seguramente se sorprenderá del trazo más grueso y contundente, de esos rostros cargados de expresión, mudos, del autor. Marca de origen del estudio de calle José C. Paz 1120.