Julio Rodríguez Granthon más conocido como "El Peruano" fue acusado ayer en la justicia provincial como el jefe de una asociación Ilícita agravado por la participación de un menor de edad. Según los fiscales Valeria Haurigot de Balaceras y Franco Carbone de Flagrancia Rodríguez Granthon lideró una asociación criminal que se dedicó a cometer delitos contra las personas, contra la vida, contra la propiedad, contra la libertad, contra la administración pública, contra la seguridad pública; en las localidades de Rosario, Arroyo Seco y Funes.
Este ex piloto civil fue sindicado por los investigadores como uno de los mayores proveedores de drogas a diferentes organizaciones criminales de Rosario y la región, y está preso desde el 14 de junio de 2019 y acumulando ya dos condenas, por 12 años, en la Justicia Federal por tráfico de drogas y una acusación por participar en el plan criminal que terminó con la vida del pastor y ex concejal Eduardo Trasante. Por la misma figura, sin el agravante de la participación de un menor, fue acusado Brian Emanuel Villaba, alías “Negro Brian”, quien según los investigadores es una especie de jefe de sicarios y tiratiros del Peruano.
Además fueron acusados uno de los hermanos del Peruano, Francisco Antonio; su papá, Francisco Rodríguez Villarreal; su novia de 20 años y un ex cuñado apodado “Toto”. A la lista de acusadas se sumaron 14 personas más, sindicadas, en principio, como miembros de la asociación ilícita.
Según la acusación "a partir de sus actividades vinculadas al narcotráfico y al narcomenudeo, esta organización criminal realizó un despliegue de actos de violencia en la ciudad de Rosario, particularmente en algunos barrios de la Zona Oeste y Norte de Rosario". "Todo ello -agregaron los fiscales- con la finalidad no solo de apropiarse del territorio para el desarrollo de sus actividades ilícitas y excluir de allí a la competencia, sino de doblegar la voluntad de las personas que mantenían deudas con la asociación criminal para obligarlas al pago, con la intención de sembrar temor no solo en estas últimas sino en todos los miembros de la sociedad".
Para la dupla fiscal " la organización criminal descripta funcionó desde momentos indeterminados, al menos desde el mes de enero de 2022, hasta el día 12 de diciembre de 2022, fecha en que se produjo la detención de varios de los integrantes que se encontraban en libertad".
En la audiencia imputativa los fiscales señalaron a Rodríguez Granthon como "el líder máximo de la asociación criminal, a quien en última instancia reportan directa o indirectamente todos sus miembros. Es la persona encargada de decidir qué función cumple cada persona en la estructura criminal. Encontrándose alojado en el Complejo Penitenciario Federal N.º 1 de Ezeiza, a través de llamadas telefónicas y de sus visitas brinda instrucciones a los eslabones inferiores de la cadena de mando sobre cobranzas de deudas, las cuales en ocasiones son reclamadas directamente por él mismo; ofrece recompensas a otros miembros por el asesinato de personas vinculadas a bandas antagónicas; dispone de armas de fuego de grueso calibre (tales como pistolas 9 mm., pistolas ametralladoras), vehículos (automóviles y motocicletas) y personas para la comisión de los distintos hechos de violencia, delegando en otras personas el pago por ello; abona a los miembros que se dedican a la parte violenta de la organización (popularmente conocidos como “sicarios”) un sueldo semanal por el simple hecho de estar a sus órdenes; realiza las gestiones necesarias para el ingreso de elementos prohibidos, tales como teléfonos celulares, al Complejo Penitenciario Federal N.º 1 de Ezeiza. Asimismo, a través del aporte de dinero proveniente de sus actividades ilícitas y con la colaboración de personas vinculadas a su entorno familiar y allegados, se aprovecha económicamente de actividades en apariencia legales realizadas materialmente por estos últimos". Un verdadero compilado de actividades ilegales concretadas a pesar de su detención efectiva en una cárcel.
Los fiscales también apuntaron hacia otro hombre fuerte de la banda: Pablo Javier Pascua, como "el referente de la asociación criminal en Arroyo Seco, quien posee un vínculo sólido con Julio Rodríguez Granthon, con quien compartió pabellón en el Complejo Penitenciario Federal N.º 1 de Ezeiza y con quien se comunica constantemente, por sí o por interpósita persona". Según la acusación Pascua " colabora en la cobranza de las deudas que algunas personas poseen con el grupo criminal, utilizando para ello amenazas y otros métodos intimidatorios; realiza de intermediario entre su hermano, Esteban Pascua, y Julio Rodríguez Granthon para la compraventa de estupefacientes. Cuando compartían pabellón, era el encargado de ocultar en su celda los teléfonos celulares utilizados por Rodríguez Granthon para el despliegue de sus actividades ilícitas. Asimismo, brinda sus datos filiatorios a Rodríguez Granthon para activar las líneas telefónicas, las cuales modifica constantemente".
Finalmente los fiscales revelaron que "a Pablo Javier Pascua le responde un grupo de personas conformado por Esteban Ezequiel Pascua, Vanesa Gisela Corvalán, Virginia Rocío Malvestitti y Jonatan José Delbono alias Jony o Pinchila”.