En marzo de 2021, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de General Sarmiento aprobó los lineamientos de inclusión TTT (travesti, transexual y transgénero). Se trató de un conjunto de líneas para organizar políticas de acción para invitar, acompañar y reforzar la presencia dentro de todos los claustros de la universidad de personas cuya identidad de género es diferente a la asignada al nacer. La Ley 27.636, que promueve el acceso al empleo formal para personas travestis, transexuales y transgéneros, aprobada en julio de ese año, prescribe la reserva de por lo menos un 1 por ciento de los puestos en la administración pública, para ser ocupados por personas con esa identidad de género.
Si bien en esa Universidad ya existía la experiencia de la incorporación de docentes travestis en la Diplomatura de Géneros, política y participación, la incorporación a la planta no docente requería esfuerzos institucionales específicos, así como la aplicación y modificación de procedimientos, que implicaban búsquedas de personal y comisiones de selección. “¿Cómo una institución se sacude para que sus puertas queden abiertas? Narrar una pequeña historia, pensar los aprendizajes realizados, ponerlos a disposición de otras personas, instituciones, entramados. Acá queremos contar cómo la Universidad Nacional de General Sarmiento dio los primeros pasos para la inclusión laboral de las personas travestis, transexuales y transgéneros, y pasó de la inicial búsqueda para cobertura de un puesto a la incorporación de ocho trabajadorxs”, cuentan desde la Universidad.
El primer paso, explican a Soy, fue definir cuál sería el puesto sobre el que se abriría la convocatoria. La decisión del Rectorado fue no impulsar la integración en un área abocada a cuestiones de género sino definir de acuerdo a los puestos vacantes ya existentes. La otra definición tomada fue no proceder por contrataciones de locación de servicios, sino por la incorporación a la planta, lo cual implica procesos específicos de búsqueda y selección. Lo primero que se hizo fue convocar a la cobertura de un puesto de auxiliar administrativx en la Secretaría General.
En la Universidad son muches les trabajadores que tienen formación con perspectiva de género y también hay un gran número que realizaron la Diplomatura en Géneros, política y participación, dictada en la misma institución.
Para fortalecer la formación de las personas que integraban la comisión y de otrxs no docentes que podrían ser integrantes en otras instancias se elaboró el documento Guía para la selección de personal y sostenibilidad de puestos de trabajo sin discriminación, sin violencias ni cisexismos y el Programa de Políticas de Género acompañó reuniones preliminares para despejar dudas. “La inclusión travesti-trans en la Universidad Pública no es fruto de un proceso que ocurre espontáneamente, o por curso “natural” en instituciones que se transforman; no es episodio fortuito, ni propiedad de un sujeto. La inclusión sucede de la mano de políticas para la igualdad y de medidas de acción positiva que constituyen un mojón, un rastro o coordenada fundamental en un trayecto amplio que orienta avances y ampara definiciones en términos de derechos. Permite a la Universidad, y a las personas que la habitan y gestionan, reconocer las ausencias de hecho, los cuerpos e identidades para quienes el derecho al trabajo remunerado y a la Educación Superior es aún agenda de reivindicación y motivo de organización colectiva”, dijo Mariela Bernárdez, coordinadora del Programa de Políticas de Género de la UNGS.
“Por eso, la inclusión laboral travesti-trans en la UNGS es reparación, a la vez que oportunidad. Una oportunidad para que la Universidad Pública se haga más ancha, más diversa, hospitalaria, una mejor universidad para todes sin distinción. Porque cuando la inclusión es un hecho no declamativo, la institución entera cambia porque así lo hacen las personas que en esta se encuentran, reconocen, trabajan, estudian y relacionan”, dijo Mariela.
Para dar a conocer la convocatoria se invitó a difundir la búsqueda a personas como Ese Montenegro, Marlene Wayar, Marian Luana López Reta, Alma Fernández y Kalym Soria. Se presentaron 113 personas y se propuso el acompañamiento institucional en la elaboración de los curriculums, pero también se conversó acerca de qué saber se relevaba y qué experiencias se narraban en una presentación laboral. “La comisión de selección, acompañada por dos veedorxs gremiales, definió reemplazar la instancia tradicional de prueba técnica con la inauguración de un espacio colectivo de encuentro de postulantes para la presentación del puesto y valoración de experiencias y saberes. Varias de las personas que integraron la comisión fueron escribiendo una bitácora de lo hecho, que muestra el carácter reflexivo de cada paso.
Lo interesante no fue solo el resultado sino también el camino para llegar a él: las personas de la comisión y lxs veedorxs gremiales, presentes en las entrevistas, fueron escuchando intereses, experiencias y saberes de les entrevistades al mismo tiempo que averiguaban en qué áreas de la institución había puestos vacantes, que pudieran ser cubiertos por las personas que se habían presentado en esta búsqueda. Según cuentan desde la Universidad, “en una entrevista, la convocada contó su experiencia en la cocina de un comedor popular, y lxs integrantes de la comisión recordaron que había un puesto vacante de ayudante de cocina en la Escuela infantil”. Como consecuencia, la comisión decidió proponer que el orden de mérito que resultaba de la búsqueda quedara a disposición para cubrir otros puestos vacantes, que no estaban reservados, previamente, para población travesti, transgénero y transexual.
“Como beneficiada a uno de los puestos siento agradecimiento y en cuanto al abordaje hecho desde la Universidad tengo admiración dada la prueba en que estemos ya en esta instancia de trabajo y capacitación en la labor diaria. Es interesante que se replique esta experiencia para que cada vez más espacios sumen compañeres en sus equipos. Orgullo es que siendo quienes sentimos ser podamos participar de cualquier ámbito de la vida ciudadana. Orgullo es también que nuestros reclamos transformen la sociedad”, compartió Alexia Van Lacke, una de las trabajadoras no docentes que ingresó a trabajar en la Universidad.
Lohana Berkins decía que “cuando una travesti entra a la universidad, le cambia la vida a esa persona, pero cuando muchas travestis entran a la universidad, le cambian la vida a la sociedad”.