El presidente Mauricio Macri se pertrechó para la foto: barbijo y guantes para dar inicio a la ceremonia de quema de cocaína. Todo se pensó al detalle para encarar la foto de campaña de la lucha contra el narcotráfico. A nadie se le ocurrió que el ingeniero se podría poner los guantes al revés, el aislante quedó para afuera y no para proteger las palmas. Rápidamente en las redes sociales aparecieron los chascarrillos por la falta de experiencia laboral del primer mandatario.
Macri protagonizó la incineración de 1.800 kilos de cocaína decomisada por el Ministerio de Seguridad, Gendarmería y Policía Federal en el operativo bautizado como "Bobinas Blancas" y destacó el rol de las fuerzas de seguridad en la incautación de drogas y la lucha contra las adicciones que, dijo, "es una batalla que recién comienza".
El procedimiento se llevó adelante en el horno pirolítico que Gendarmería instaló en el edificio "Centinela" del puerto de Buenos Aires.
Macri arrojó los primeros ladrillos al horno pero antes se entrevistó con una representante de la organización "Madres del Paco" y con Andrés, un adicto que consumió durante veinte años y logró su recuperación hace siete.
El presidente destacó el trabajo de las "Madres del Paco", que "empezaron hace muchos años en soledad pero estamos trabajando juntos", y destacó que el Sedronar "está trabajando como nunca antes en esta emergencia que hemos declarado, hemos empezado a trabajar en cada provincia".
El presidente recordó el acuerdo para "una Argentina sin narcotráfico" que se firmó "con la mayoría de los gobernadores" durante 2016 en Tecnópolis y celebró el trabajo "para recuperar los barrios tomados por el narcotráfico, pero recién comienza, la batalla va a ser larga".
"Esto que estamos haciendo hoy no es sólo quemar mil ochocientos kilos de esta porquería sino que significa libertad, libertad para todos los argentinos: cada chico que cae en la adicción lo que sufre justamente es la perdida de su libertad", señaló el presidente después de arrojar ladrillos de cocaína al fuego, protegido por un barbijo.
El operativo "Bobinas Blancas" decomisó la mayor cantidad de cocaína en los últimos 25 años, oculta en ocho bobinas de metal capturadas en un galpón del parque Industrial de la ciudad de Bahía Blanca. El cargamento fue valuado en 60 millones de dólares y en el procedimiento fueron capturadas 17 personas.
"Caer en la droga es perder el futuro, la capacidad de soñar, porque su vida pasa a ser pensar de dónde saca los recursos, robándole incluso a su propia familia, para seguir consumiendo", recalcó Macri, tras felicitar por la tarea a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y a los jefes de las fuerzas que participación de la operación.
El presidente refirió que almorzó con el dirigente y candidato de Cambiemos en las próximas elecciones, Toty Flores, y dijo que éste le contó que en su distrito, La Matanza, el consumo no deja de crecer. Al mismo tiempo, el presidente destacó la decisión de las Madres del Paco que transformaron su "angustia" en trabajo concreto contra las adicciones.
"Esta batalla (contra las adicciones) va a ser larga y vamos a tener que darla durante muchos años", advirtió Macri y llamó a "trabajar todos juntos" en esta materia, porque "detrás de las estadísticas que ocultaban la verdad, hay familias reales que se destruyen y cuesta muchísimo recuperarlas".
Por su parte, la ministra Bullrich detalló luego del procedimiento que "una pregunta que se repite en la población es qué hacemos con la droga decomisada y siempre contestamos que se quema y a eso hemos venido con el presidente a quemar la droga en un horno especial para que no quede ningún resto que pueda ser reutilizado".
"Todo esto que es poder, dinero y destrucción de nuestros jóvenes, pasa a ser nada" definió Bullrich, acompañada del gabinete del ministerio que conduce.
A modo de exhibición, los panes de cocaína envueltos en plástico de distintos colores se habían dispuesto en un playón del edificio Centinela, a las puertas del horno pirolítico.
El operativo Bobinas blancas se inició el 14 de marzo pasado por iniciativa de la DEA (Drug Enforcement Adminstration) estadounidense y a través de escuchas telefónicas se determinó que el contrabando de droga era financiado desde México y encubierto por empresas localizadas en Buenos Aires, Mendoza y Chaco.