Pocas bandas de rock argentino le hacen honor a su nombre como ellos, los Heroicos Sobrevivientes. Las palabras, juntas, salteadas o separadas, –da igual– causan el mismo efecto. Son heroicos porque necesariamente hay que ser un héroe para sostener una banda durante treinta años, en el contexto musical y cultural local. No cualquiera, sobre todo si las mieles del pasado (tocar al lado de Pappo, Skay o Charly García) ya no son tan dulces; si se complica convocar la gente de antaño (sobre todo hacia fines del siglo pasado) o si se va el cantante –justo él– a vivir a Barcelona y obliga a pegar un volantazo en curva peligrosa. Hay que ser un héroe, entonces, y también sobrevivir, casi por las mismas razones. O por otras, como “mal entender” una letra. “Y sí, en treinta años hubo tantos momentos buenos como malos. Si tengo que recordar el peor, fue en un show que dimos en la cancha de Tigre donde por un malentendido con la letra de una canción se armó un tremendo quilombo, al punto que temimos por nuestras vidas. Por suerte, sobrevivimos”, evoca Fernando Pita, guitarrista, fundador y paradójicamente “único” sobreviviente de la banda, a punto de festejar el aniversario, el sábado 22 de julio en el Teatro Vorterix (Lacroze 3445).
Pita se hace cargo de los bad trips en público –a esto se le llama sacarse el cassette– y por lo tanto está más que legitimado para narrar un buen viaje, que también ocurrió en Tigre, el barrio de la banda. “Recuerdo especialmente un show al aire libre, a orillas del río, ante más de mil personas. Una noche mágica y nosotros no podíamos creerlo. Hasta había gente en las copas de los árboles”, es la reminiscencia asertiva que le viene al heroico principal, entre las varias que habrán ocurrido desde aquel 8 de julio de 1987, fecha fundacional de la banda. Otra, por caso, podría ser la grabación, recepción y presentación en vivo –dos mil personas en Cemento– de Hasta el final, disco al que muchos consideran el mejor entre los cinco que publicaron hasta hoy. O los retornos de Lucas Cirilo a la batería y Gardfield Cárdenas a la batería, para recrear la base rítmica de los sobrevivientes de la época heroica. “Ahora está de moda juntar a las bandas que se separaron, pero nosotros somos la banda que nunca se fue y eso es lo que nuestros seguidores valoran”, cree Pita, que, tras la ida definitiva de Segundo Gassiebayle, ahora también canta. Sí, canta. “En realidad siempre lo hice”, confiesa. “Mi primera banda la tuve a los 16 años y cantaba yo. Y en los primeros Heroicos también, aunque junto al cofundador, nuestro querido Alejandro Servide. Lo de incluirlo a Segundo como vocalista fue un gusto que me quise dar pensando que la banda funcionaría mejor”.
–¿Funcionó mejor?
–Funcionó en parte, digamos. Hoy él tiene su propia banda y yo volví a hacer lo que siempre hice: cantar y tocar la guitarra.
–Si tuviera que trazar similitudes y diferencias entre los orígenes de la banda y hoy, ¿por dónde empezaría?
–Creo que la similitud es que nunca perdimos la esencia del rock & roll. La diferencia es haber crecido como banda y ser profesionales, pero sin perder la fuerza y trasgresión del género.
El show aniversario, se prevé, no dista ser como el de cualquier grupo en las mismas circunstancias. Pita planea un repaso cronológico por cada uno de los cinco discos publicados a la fecha: Bienvenido al hotel, el mencionado Hasta el final, Fe ciega, Gloria eterna, y Salvaje sentimiento, último trabajo a la fecha, y antecesor del potencial F.U.R.I.A, cuya elaboración está a mitad de camino. “El nuevo disco se compone de trece temas muy intensos, en los que queremos capturar en el sonido la misma energía del vivo. Por eso lo estamos haciendo sin prisa pero sin pausa. Creo que lo presentaremos a fin de año con dos shows, uno en Capital y otro en Tigre. En F.U.R.I.A hay una estrofa de un tema nuestro titulado “Resurrección” que dice: “Y ahora hijo, ahora que nada queda por destruir, después de todo el llanto nada queda”, señala Pita.
–Fuerte...
–Por eso creo que todos y cada uno de nosotros, somos Heroicos Sobrevivientes. La muerte camina a nuestro lado todo el tiempo.
–¿En qué se parece y en qué no el material nuevo al del resto de los discos?
–La esencia del sonido Heroicos permanece intacta. Sigue habiendo rock and roll intenso, y canciones apocalípticas. La diferencia quizás esté en la calidad de sonido que tiene F.U.R.I.A. Gracias a la tecnología de hoy, la banda suena más en vivo que nunca porque así lo grabamos, con la potencia y el power que la caracteriza.
–Ya que lo nombró, ¿qué es el rock and roll hoy después de tantas revisiones, resignificaciones, cambios y, sobre todo, negocios?
–El rock and roll siempre fue relegado y poco remunerativo para las disqueras, pero hoy por hoy se ha desvirtuado su verdadero nombre. Hoy cualquier banda que haga algo que no sea folklore, tango, o cumbia, es rock, aunque su música no lo sea. Pero el rock and roll es rock and roll y nada más.
–¿Qué escucha hoy, o qué sigue escuchando, en todo caso?
–Sigo escuchando las bandas que me influyeron y me provocan la misma pasión que la primera vez: Beatles, Rolling Stones, Deep Purple, Black Sabbath, The Who y tantas otras. En cuanto a bandas nacionales que me han impactado y que cada tanto escucho están Manal, Vox Dei, Pappo’s Blues y Riff, y también algo de los Redondos. En síntesis, continúo ligado a las mismas bandas que me influyeron desde chico y que hoy no solo me siguen emocionando, sino que también me enseñan algo más.