El 30 de abril de 1977, Haydée Gastelú de García Buela llegó a la Plaza de Mayo. Llevaba consigo su tragedia: la desaparición de su hijo Horacio y la de su nuera, secuestrados en agosto del año anterior en la localidad de Banfield. Haydée fue una de las catorce primeras Madres que hicieron de la Plaza su lugar para estrecharse con otras y para reclamarle a la dictadura por los detenidos-desaparecidos. Presidenta de Madres-Línea Fundadora, Haydée falleció este martes a los 94 años.
“Nos dejó otra Madre, ¡y qué Madre! La pena es enorme”, dice Taty Almeida, que en la mañana la había visitado en el lugar en el que estaba internada después de haber sufrido un accidente cerebro-vascular (ACV) días atrás.
Haydée había nacido el 18 de noviembre de 1928 en San Justo. Su padre era uno de los primeros socialistas del pueblo y solía llevarla a las marchas del 1 de Mayo o los mitines con Alicia Moreau de Justo. Ella hizo parte de la primaria en San Justo y la otra parte la terminó en un colegio de Once. Estudió el comercial en Ramos Mejía, donde conoció a su compañero de toda la vida, Oscar "Coco" García Buela. Los dos empezaron Ciencias Económicas, pero ella dejó a los dos años para casarse. Su primera hija, Alicia, nació con severos problemas de salud. Después llegaron Horacio y Diego.
Horacio cursó la secundaria en el Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA). Después, comenzó a estudiar Biología en la Universidad de Buenos Aires (UBA) mientras trabajaba en una firma importadora. En enero de 1976, antes del golpe de Estado, empezó el Servicio Militar Obligatorio (SMO). Lo destinaron a Bahía Blanca. Según él les contó a sus padres, lo tenían en calidad de “observado” y leían sus cartas.
En agosto de 1976, le habían dado permiso para visitar a su familia. Había pasado la noche anterior en su casa y el 7 de agosto de 1976 fue secuestrado junto con su novia, Ada Victoria “Dodó” Porta, en la casa de la familia de ella en Banfield. Antes de llevárselos, fueron torturados.
Haydée solía presentarse en el edificio Libertad, de la Armada, para pedir explicaciones, ya que Horacio hacía la conscripción bajo las órdenes de esa fuerza. “Yo soy una simple madre, pero ustedes tienen que encontrar a un desertor”, desafiaba a los marinos mientras pasaba largas horas de plantón.
Gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), Haydée logró recuperar los restos de Horacio. Había estado secuestrado en la Superintendencia de Seguridad Federal (SSF)– también conocida como Coordinación Federal– y fue ejecutado en lo que se conoció como la masacre de Fátima.
“Eres madre de Alicia, de Horacio, de Diego, esposa de Coco: hermosa familia”, le escribieron sus compañeras de Madres para despedirla. “A Horacio te lo arrebató la última dictadura cívico-militar-eclesial y lo perdimos para siempre. Sólo sus restos recuperados te devolvieron algo de paz y hasta una pizca de dicha. Desde aquel día fatal te volviste una firme e incesante buscadora de Justicia y Verdad. Serena y sabia, tu gran corazón te hizo compañera de tantas Madres, y mamá de tantas hermanas de desaparecidos”.
La despedida de sus compañeras
Muy querida Haydée:
Eres madre de Alicia, de Horacio, de Diego, esposa de Coco: hermosa familia. A Horacio te lo arrebató la última dictadura cívico-militar-eclesial y lo perdimos para siempre. Sólo sus restos recuperados te devolvieron algo de paz y hasta una pizca de dicha.
Desde aquel día fatal te volviste una firme e incesante buscadora de Justicia y Verdad. Serena y sabia, tu gran corazón te hizo compañera de tantas Madres, y mamá de tantas hermanas de desaparecidos.
Acabas de irte, Haydée, y ya te extrañamos. Hacé que sintamos tu abrazo otra vez, Madre, y nada nos detendrá para seguir tu misma búsqueda.
Descansa en paz, Haydée. Caminamos con tu luz.
Tus compañeras las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y el grupo de apoyo