Las revistas literarias en papel no se rinden. En noviembre, se lanzó el primer número de El gran cuaderno, que dirigen tres escritoras: Adriana Riva, Ana Navajas y Natalia Rozenblum. La publicación comienza sin preámbulos con un cuento de Federico Falco y revela la clave de su nombre en la última página con una cita de Ricardo Piglia: “Se terminan los cuadernos y se termina todo” (también existe una novela homónima de Agota Kristof). Impresa a color y con diseño de Santiago Goria e ilustraciones en retiraciones de tapa y contratapa de María Neyra, la revista se asemeja a un cuaderno de anotaciones con páginas de bordes redondeados.
La idea de hacer una publicación cuatrimestral surgió a mediados de este año. “Llevábamos mucho tiempo con ganas de hacer algo vinculado a la literatura, pero no encontrábamos el proyecto que nos entusiasmase hasta que dimos con El gran cuaderno –dice Riva–. El concepto fue crear algo bello vinculado a la literatura, con lo que se pudiese interactuar. De ahí la necesidad de volver al papel, algo tangible que se puede intervenir, manipular, marcar. Nos interesaba, además, que no fuese una revista que uno deja por ahí tirada sino que se leyese de principio a fin; por eso, limitamos la cantidad de autores y la extensión de los textos”.
Además de Falco, colaboran Laura Wittner, Josefina Schargorodsky (con texto e ilustraciones), Alejandra Kamiya, Nora Lezano (texto y fotos), Dolo Trenzadora (un poema en guaraní y en español) y Pablo Dacal y Luisina Gentile (texto e ilustraciones, respectivamente). Se suman un cuento del hondureño Luis Lezama Bárcenas y un “ensayito”, como lo define la autora, de la colombiana Margarita García Robayo acerca del uso de la primera persona en literatura. “La elección de la persona gramatical es formal, es estética, y por supuesto que eso es determinante en un proyecto de escritura, pero, ya está dicho, no significa que esa elección formal reduzca obligatoriamente el sentido de la escritura al ámbito de la anécdota personal”, sostiene la autora.
El origen de los materiales del primer número de El gran cuaderno es variado. “Cuando les empezamos a pedir material a los artistas de varias disciplinas, porque si bien es una revista literaria nos interesa el diálogo con otras artes, la respuesta fue muy entusiasta –cuenta Riva–. Se ve que no éramos las únicas que extrañábamos el papel. Los textos, fotos, ilustraciones, cuadernos no son necesariamente inéditos y hay de todo un poco: material que fue escrito para la revista, como el caso del cuento de Falco, material que no encontraba lugar y la revista le dio un espacio, material que es parte de proyectos en proceso”. También se usan distintas tipografías.
Cuesta $2500 y se compra solamente online en elgrancuaderno.mitiendanube.com. “Ya quedan muy pocas –advierte Navajas–. Nuestra expectativa es seguir haciendo la revista por mucho tiempo más, poder armar una colección para desplegar lo que tenemos en mente, publicar muchas voces y armar un entramado interesante que represente a nuestros contemporáneos acá y en América Latina, pero para eso necesitamos muchos números. El próximo está en proceso, ya tenemos a varios artistas confirmados pero todavía nos falta, estamos en plena búsqueda y edición del material: lo que más nos entusiasma”.
¿Cómo es el trabajo conjunto de las tres escritoras y editoras? “Es muy interesante el proceso de editar con otras personas y tener que acordar qué vamos a publicar, qué no, qué modificaríamos –responde Rozenblum–. Cada una tiene una mirada muy particular y eso enriquece el diálogo al momento de tener que elegir. Para el primer número, al menos, publicamos textos terminados, si es que existe tal cosa. Pero es una conversación abierta que mantenemos. Lo que más nos importa es la calidad y eso no implica, siempre, recibir versiones finales”. Buen momento para tomarse un descanso de las pantallas y empezar a leer y coleccionar una revista impresa.
El gran cuaderno
Con textos, fotos e ilustraciones de Federico Falco, Laura Wittner, Josefina Schargorodsky, Alejandra Kamiya, Margarita García Robayo, Nora Lezano, Dolo Trenzadora, Luis Lezama Bárcenas, Pablo Dacal y Luisina Gentile.